miércoles, 24 de febrero de 2010

Onomatopéyicamente hablando




Queridos lulilectores...


Toc toc toc toc toc!!!!!


Pum pum pum pum pum!!!


Tratata-tratata-tratata-tá!!


Drrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!!!


Clin! Clin! Clin! Clin!


Poropopo-poropopo-poropopo!!!


Bum bum bum bum!!!


Chaf chaf chaf chaf!!!



¿Ya habéis adivinado de qué se trata?


¡Obras en casa de Luli Manuli a las ocho de la mañana! ¡Sí! ¡Premio para la rubia de la cuarta fila, un peluche para tí, guapa!


Mis padres han decidido construir una habitación nueva en dos semanas. Consecuencia: mi familia ha aumentado considerablemente (parece que seamos doce, porque los albañiles se pasan la vida bajo mi techo), hay polvo hasta en el bote de champú y no duermo bien.


¡Menuda maravilla! ¡Son todo ventajas!


(*LULI HABLA IRÓNICAMENTE*) ¬¬


Besazzos con sabor a martillo,


*Luli*


domingo, 21 de febrero de 2010

Autohomenaje Parte 1 - Citas (II)




Queridos lulilectores...


Sigo con el repertorio de Lulifrases. Espero que, al menos alguna, os guste.


- Si yo le viniera a mi madre con diecisiete años y bombo, seguro que me daba la enhorabuena y me compraba una cuna. (Me altero)


- Que Snoopy esté con vosotros, amén. (Las Fallas, qué vida)


- Es uno de esos objetos que los acabas queriendo casi tanto como a una persona –incluso más que ciertas personas que se me van ocurriendo, ejem. (La cámara)


- ¿Sabéis que si comentáis no os muerdo, no? (Triste noticia)


- Yo (Santa Luli, mártir). (Día del payaso)


- Adiós, muy buenas, yo no te conozco y si te he visto, no me acuerdo. (Algo más sobre mi vida)


- Qué lejanas, las estrellas, qué distantes y a la vez tan frías, brillantes como un diamante de hielo. (Añade algo de magia a tu vida)


- Sigo pensando que los pijos no tienen en sus cocorotas perfumados cabida para un cerebro equipado de más de tres neuronas, por muy universitarios que sean. (Uni-Luli, fase 3º: Sobre anécdotas)


- Como habréis observado, soy una loca frívola y caprichosa, pero en estos momentos me da igual lo que penséis, el pelirrojo lo vale. (Hora clave, las 14.11 pm)


- Mi único consuelo es que irán al cielo de los bogavantes, porque al fin y al cabo, ellos no han hecho nada malo. (Los bogavantes)


- La nieve lo envuelve todo bajo un manto de silencio que la gente no osa quebrar, como si ese silencio fuera de cristal, transparente pero nítido, sólido. (Invierno)


- Hay pequeñas cosas que, a veces, dan la sensación de que cuando se cruzan en tu camino te animan a seguir adelante porque te hacen ilusión o te proporcionan pequeñas satisfacciones que llenan mucho más que los grandes acontecimientos. (Tesoros)


- Nos estamos desengañando de la vida y considero que, algo tan simple y banal como comportarse como una persona, adquiere bastante importancia en los tiempos que vivimos actualmente. (Variadito)


- Opino que es mucho mejor llevarte una alegría por parte de alguien que no una decepción. (¿Es un amigo? )


Besazzos!!!

miércoles, 17 de febrero de 2010

Autohomenaje Parte 1 - Citas (I)



Queridos lulilectores...


Hoy empiezo una serie de entradas de lo más egocéntricas y personales. Porque sí. Porque me apetece. Porque mi abuela ya hace tiempo que no me dice lo guapa que soy. Porque hay momentos en los que uno se puede (o se debe) permitir ciertos caprichos. Y porque, qué narices, este es mi blog y escribo lo que me da la gana. Pero no tengo por qué justificarme: creo que vostros, mis amados lectores, me entenderéis igualmente...


De momento solo tengo pensadas dos o tres entregas (llamémoslas así), y espero que podáis disfrutar de ellas igualmente, porque serán de lo más amenas (al menos, ya que me paso de rosca, no alargar mucho la tontería). =)



Luli Manuli en estado puro.


___________________________________________


LULIFRASES


Bien, como ya anuncia el título, voy a citarme: porque a lo largo de estos cuatro años he tenido algunas frases de lo más ocurrentes, reflexivas o interesantes. He aquí mi primer recopilatorio extraído de algunas de mis entradas (tened en cuenta que están descontextualizadas).


Querido visitante... por si no me conocías todavía: me presento.


- Si lo miras desde mi punto de vista... ¡a un personaje tan original como yo no lo conoceréis todos los días! (Bienvenidos a mi blog)


- Aunque sólo fuera por una vez en la vida, a mí también me gustaría que me arreglaran y pintaran para posar super sexy delante de una camara. (De mayor... ¿famosa?)


- En un abrir y cerrar de ojos se acabó tu existencia. Y ya no volverás nunca. (Un poco más vieja que ayer)


- Y... así, a lo tonto a lo tonto, transcurre mi sosa existencia, fruto de la mísera rutina. (No mucho que contar. Bueno sí, algo)


- Prometo contenerme futuros insultos en el, pues eso, futuro, ya que esto se supone que es un blog fino y enriquecedor para todos los públicos. (Complejos)


- Ha sido una sensación de "no he podido evitarlo", algo sobrehumano que te atrapa y te hace borde y, hasta que no lo has empastrado todo, no te das cuenta de lo que has hecho, o no te sientes mal por ello. (Salida de Arrogancia)


- La única emoción es un flipao de ésos que lleva el coche tuneado enseñando el dedo corazón por la ventana, en un atasco, con un gesto cariñoso (sutil ironía). (La Farmacia)


- Y, claro, como son Grandes Profesionales, los que estén leyendo esto creerán que salen serios delante de la cámara, como si no hubiera nadie grabándoles los tabiques nasales. (La Farmacia)


- Una tarde encerrada en casa sin tener donde caerme muerta me ha hecho reflexionar. (Aburrimiento)


- Mi existencia consiste en ir de la cama al sofá y del sofá a la cocina, arrastrando los pies y sorbiéndome los mocos, mientras la cabeza me da vueltas y me retumba. (Enferma)


- Normal que esté tan salida como estoy, en el ambiente que me estoy criando... (Qué asco me da mi padre)


- Es el PRIMER profesor de inglés que tengo en mi vida (todo han sido maestras en mi currículum) y, para celebrarlo, me pasé la primera clase descojonándome. (Mi Familia)


- Así como yo era la única que conservaba su sentido de la sensatez en aquel caos verbenero y trataba de salir ilesa de la experiencia, mi hermana-la-víbora, por ejemplo, estaba todo el tiempo más ocupada en beber chupitos a escondidas de mis padres. (Cuando tus padres se emborrachan)


- Los perros son perrunamente listos y piensan en su perruno cerebro que los humanamente tontos somos nosotros, los humanos, aunque, eso sí, desde una perruna perspectiva perrunística. (Teoría humana acerca de la mente perruna)


- La verdad es que se trata de un estilo de vida bastante aburrido y duro, pero de momento es lo que hay: claustro, abstinencia y aguante. (Ir o no ir, ésa es la cuestión)


- Es genial ser anónimo, uno más, pero, señores, para una vez que vivimos, todos deberíamos ser recordados y aplaudidos, aunque sólo sea durante un fugaz minuto. (Ella ya ha triunfado)


- Si no reenvias esto a veintiocho personas en trece segundos morirás ahogada por un pedo de oca en menos de tres horas. (Limpieza de correo)


- Un beso desde aquí, mamá, que hoy estás atacada de los nervios y no contribuyes a la Felicidad, a la Paz y al Amor. (Ya es Navidad)


- Tratar a alguien como aire es ignorarlo, pero tratar a alguien como aire sucio es, a parte de ignorarlo, apartarte como si tuvieras una bomba fétida bajo las narices. (La lisssta)


- Fernanda -digo el nombre porque da igual, Fernanda no va a leer este blog. (Hoy no)


- Las desgracias han empezado a la hora del almuerzo, porque mi madre me había puesto un bocadillo de mortadela (detesto la mortadela) y un pelo. (Un mal día)


- SEÑOR D, POR DIOS, YA ESTÁ BIEN DE JOROBARME. (OTRA VEZ Señor D)


- Se queda contigo pública y evidentemente, y entonces la sensación que se te queda es ambigua: por una parte te sientes derrotado y, aunque se supone que en esos momentos deberías odiarle, no puedes evitar admirarle. (Sobre amores imposibles I)


- Una tía por dos reales, como diría mi padre, que, como habréis notado, tiene una frase para cada situación. (Sobre amores imposibles II)


- Érase una vez, hace mucho, mucho, mucho, mucho, pero que muuucho tiempo (un mes y dos semanas, aproximadamente). (Sobre amores imposibles III)


- A pesar de que no sabes a ciencia cierta que alguien te está mirando, lo notas, te vuelves y, efectivamente, acabas de ser objeto de estudio por parte de alguien. (Me miran raro)


- Sujeto B con el tiempo aprendió que reina no es una profesión a la cual accedes opositando. (A parir)


Me duele la vista, lulilectores, seguiré otro rato con las citas que me queden. ¡Espero que os hayan gustado las primeras!


Besazzos,


*Luli*


P.D.: Hoy, por primera vez en mi vida, he probado los cebollinos en vinagre. Saben a rábano pero con un regusto cebolloso. No creo que vuelva a comerlos.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Moda



Queridos lulilectores...


Hoy me he dado cuenta de que tengo un montón de ropa. Ha sido casualidad. Os cuento un poco.


Resulta que, desde hace algunos meses, he engordado cinco kilos. Es natural, por otro lado, ya que no hago deporte, me paso el día sentada (tren, clase, sofá, escritorio...) y soy medio adicta al chocolate y a los dulces. Y pico entre horas.


Llegaron las Navidades... los exámenes... todo comer y comer, pero no he perdido nada. Solo aumento. Mi peso habitual solían ser 57 kilos, kilo arriba, kilo abajo; bien, pues casi estoy en 63.


Así pues, me veo gorda. Y fea. Mi cuerpo ha notado bastante la metamorfosis: mi barriga ha aumentado alarmantemente de volumen, igual que mis antes escuálidos muslos, y la celulitis me carcome entera. Las 24h del día me siento culpable, pero, como no tengo disciplina (autodisciplina), pues las cosas no cambian, porque no hago nada al respecto (es natural).


Como me veo mal por fuera, pues me siento un poco depre. Y no me apetece últimamente arreglarme; estoy algo más dejada. Y cuanto más me dejo, más mal me veo, más me deprimo. Entramos así en un circulo vicioso.


Todas las mañanas me planto delante del espejo y mi autoestima se estrella contra el suelo. Y eso se refleja en mi atuendo: desde hace una semana o así me da la sensación de que siempre llevo la misma ropa. Bueno, la misma ropa en el sentido estricto no, pero sí el mismo tipo de ropa. Cada día me pongo unos vaqueros, una camiseta de cuello alto y un jersey por encima, tratando de ocultarme detrás de colores oscuros.


Y, cuando ya llevo tres o cuatro días igual, me aburro a mí misma: me siento como escondidita, como insignificante, sosa, tediosa. Sin ninguna alegría.


Así pues, hoy, en un arranque de inspiración súbita, me he ido rápidamente de tiendas: buscando tres o cuatro cosas algo más atrevidas que me animaran un poco por las mañanas. Y me he comprado una blusa, una chaquetita y algunas camisetas (de colores chillones y estampadas).


Sin embargo, cuando he llegado a mi casa y me lo he vuelto a probar todo, la mitad de las cosas ya no me convencían tanto: el blusón es bonito, pero muy transparente; la chaqueta de un color difícilmente combinable; y las otras camisetas se me ciñen demasiado, cuando yo lo que en realidad quería era que disimularan un poco la tripa.


He hecho un mini-desfile para mí misma: sacando pantalones y cárdigans, jerséys, faldas, vestidos... ¡¡¡madre mía, si he sacado ropa!!! Yo os juro que no sabía que tenía tanta. ¡Tengo muchísima ropa! De mil colores (excepto amarillo y naranja), de mil formas, de mil texturas.


Y la mayoría de cosas solo me las he puesto tres o cuatro veces. No más. Siempre acabo llevando lo mismo, a pesar de mi gran fondo de armario. Me pregunto muchísimas veces cómo es posible que, aun a pesar de tener tantas cosas, tantos días me planto delante del armario y me quedo horas y horas pensando en qué ponerme. ¡No tengo ropa!, me digo. ¡Error! ¡Tengo muchísima!


¿Entonces?


A lo mejor es porque mi armario es pequeñísimo, o porque lo tengo todo perfectamente ordenado y comprimido; pero hoy, que me he puesto a sacar ropa como loca, he llenado la cama y para volver a guardarlo todo después he estado más de media hora.


Y rescataba camisetas que me encantan, pensando: ¡pero es que esta la adoro! ¿Por qué no me la pongo más a menudo? ¿O el pantalón este? ¡El color es precioso! Mira, y esta falda con esta blusita le va perfecta...


Lo que pasa es que después, a las siete de la mañana, todas esas combinaciones me parecen demasiado atrevidas, o fantasiosas, o inverosímiles, o que no pegan con mi estado de ánimo. Y envidio a las chicas que cada día son capaces de reinventarse, o que tienen ese ansiado arte combinando las prendas que más le favorecen y que les dan un aire cándido, a la vez que elegante; mientras que yo (que no soy precisamente una fashion victim), por mucho que lo intente, no soy capaz de dar pie con bola y ponerme algo que me siente mínimamente bien.


Ya no hablo de "ir a la moda", no me entendáis mal, hablo de ponerme cosas con las que yo me sienta bien. Es diferente. Y, aunque me guste un jerséy, y me gusten unos pantalones, no sé cómo siempre la acabo pifiando a la hora de combinarlos porque, por mucho que intento darle "ese toque de gracia", me veo igual que siempre, y vuelvo a aburrirme.


Tema difícil, este de la moda. No me extraña que levante tantas obsesiones si yo, que no me considero una entendida, ya me vuelvo loca a la hora de ponerme tres trapos básicos.


Besazzos,


*Luli*

martes, 9 de febrero de 2010

Brillantes mamás



Queridos lulilectores...


Voy a comentaros dos grandes puntazos de mi madre acontecidos hoy mismo.


NÚMERO UNO - CHARLA CULTURAL


Mi madre buscando algo distraídamente en la cocina. Luli se acerca por detrás.


-Mamá, ¿tenemos Cumbres borrascosas, de Emily Brönte?


-¿Y eso qué es?


Luli suspira maliciosamente.


-Un videojuego.


-Ahm, pues no lo sé. Eso lo tendrías que saber tú, ¿no? Eres la única que lo gasta.



NÚMERO DOS - DESCUBRIENDO AMÉRICA


Mi madre hablando con mi padre en el salón. Mi hermana se ha dejado el Tuenti abierto y ha ido a hacer no sé qué cosas. Luli, desde la habitación de al lado, oyendo a través de la pared (sin intervenir).


-Mira, tú, ¡la de cosas que tiene aquí María Calvo! -(la hija de una amiga de mi madre).


-¿Qué tipo de cosas? -mi padre.


-Fotos guarras... pollas -(literal).


Luli deja inmediatamente lo que está haciendo. Aguza el oído con una sonrisilla irónica en la cara.


-La verdad es que es una suerte que los padres a veces no sepan ni la mitad de cosas de lo que hacen los hijos. Madre mía... ¡pero si María solo tiene catorce años!


Luli oye a su padre levantarse, picado por la curiosidad.


-Ostras...


-¡Mira! Es que está todo. Pincho aquí y ahora entro en la página de Julia. ¿Ves? Eso es porque se tienen agridadas.


-¿Qué quiere decir "agridadas"?


-¡Pues que se tienen agridadas! ¡Que están pegadas, como amigas!


Luli estalla en una carcajada silenciosa.


-No, nena, tú lo que quieres decir es que están "a-gre-ga-das".


-Eso, como sea. Agregadas.


Mi hermana hace sonidos como que va a regresar. Mi madre se pone nerviosa.


-¡Corre, corre, cierra! ¡Que no nos vea!


-No hace falta: minimiza y punto.



En fin... lo único que se me ha ocurrido en ese momento es que es una suerte que yo ya no tenga tuenti, porque mi hermana me tenía agregada y mis padres hubieran podido acceder también a mis fotografías.


Por otro lado... ¿habéis visto, mi madre? ¡Está hecha un lince!


Cero comentarios al respecto.


Besazzos,


*Luli*

sábado, 6 de febrero de 2010

Buscando el camino



Queridos lulilectores...


Hoy vuelve mi vena melancólica. Sé que la tendréis bastante aburrida, pero es inevitable. Siempre podéis cambiar de canal cuando me lío a hablar de cuestiones metafísicas, pero a los que os quedéis, ya sabéis que sois bienvenidos =)


Últimamente he estado pensando. Es algo que, preocupantemente, hago cada vez más a menudo. Y mis pensamientos más recientes se los he dedicado a mi vida en general, a mi persona, a mi contexto (egoísta, ¿no?). Se puede resumir en tres preguntas básicas mundialmente conocidas. ¿Quién soy? ¿A dónde voy? ¿De dónde vengo?


Puede que la más sencilla de responder sea la primera, o tal vez la última. Al menos, sé cómo me llamo: X-Y-Z (nombre y apellidos; Luli Manuli para los amigos). Y sé más o menos de dónde vengo (todo el rollo de la procreación, la semillita, los nueve meses en el vientre de mamá). Aunque, quizá, el hecho de saber cómo me llamo no soluciona el hecho de saber quién soy.


Pero la más difícil... ¿a dónde voy? Ahhh... esa pregunta me oprime el alma desde hace algún tiempo. Os juro que, cuando sale la palabra "futuro", hasta me recorre un escalofrío por la espalda, del miedo que me da.


Hay gente que, desde que es pequeña, le preguntas qué quieren ser de mayores y en seguida te contestan: "¡maestra!", "¡médico!", "¡policía!"... en fin. Pero es admirable, porque luego crecen y, efectivamente, se convierten en aquello que más deseaban.


Yo, ya desde niña, siempre tuve problemas con esa pregunta. El primer recuerdo que tengo es que quería ser "química"; más tarde tuve mi época de "profesora" y, finalmente, me dio por "notaria" ("actriz" como profesión frustrada: nunca fui demasiado fotogénica). Nada más. A partir de ahí, todo es un furioso torbellino de colores cambiantes o, peor, un terrible y confuso vacío ausente de cromatismos.


Así pues, ya que por gustos no me aclaraba, pasé a pensar qué tipo de cosas se me daban más o menos bien. Y empiezan a aflorar recuerdos. ¿Qué no hago mal del todo? O, de todas las cosas que he hecho, ¿con cuáles me quedo? No lo sé.


De pequeña ya, he encontrado siempre que tengo un "sentido artístico" que me ha gustado explotar.


-Inventé un programa de radio que grababa en una cinta de cassette; al principio con amigas, cuando se cansaron, seguí sola.


-Inventé algunas melodías a las que añadí letras sin sentidos, pero yo las llamaba "canciones".


-Escribí un guión para una película antes de la adolescencia. Y los créditos.


-Me encantaba (y me encanta) hacer fotografías con algo de carisma: un paisaje, un momento, una expresión. Ese algo que marca la diferencia.


-La música. No la terminaba de entender en el sentido teórico, pero tenía talento al arpa; al menos eso me decía la profesora. Era buena.


-Relatar. En todos los sentidos: soñar historias, contarlas, escribir. Escribir mucho, pero no lo suficiente.


-Pintar. Con acrílicos, témperas, ceras, lápices de colores. Y dibujar. Tengo un amplio repertorio de pinturas y dibujos hechos por mí. Me encantó Historia del Arte.


Todos me han tachado siempre de fantasiosa. Para mis amigas era la rara. "La que lee". "La que escribe". La única que se ha metido en una carrera loca y sin salida. Nada serio, como medicina o derecho. Economía. Magisterio. Ni siquiera algo sólido, como periodismo. Lo más abstracto y raro que uno pueda buscarse: "Comunicación Audiovisual", ya ves tú para qué sirve eso.


Esta pregunta me la hago muchas veces, sobre todo cuando me toca levantarme a las seis de la mañana para ir a coger el tren. Yo, cuando acabe (si acabo) no me veo de "comunicadora audiovisual", trabajando en... en a saber en lo que se trabaje en mi carrera.


En realidad, es que no me veo en ningún sitio. ¿Qué puede hacer una persona polifacética hoy en día? No hay un multiempleo. O eres una cosa, o eres la otra. Tienes que decidir: elegir un camino de todos los posibles. Solo que ¿cómo encontrar ese camino? ¿Realmente existe?


Cuando me quedo pensando y pensando largo y tendido, no llego a ninguna conclusión. Es como si fuera sorda, o muda: no hay retroalimentación. La conversación interna sería algo tipo:


-Pero a ti, querida Luli, ¿qué narices te gustaría hacer en esta vida?


O bien:


-¿Dónde te ves dentro de diez años?


Preguntas similares. Y la respuesta es siempre la misma: silencio.


Y ese silencio me está matando.


¿Sabéis cuál es mi mayor miedo? Que dentro de poco todas mis amigas, después de graduarse, encuentren trabajo y empiecen a casarse, a tener hijos. El ciclo de la vida, sin duda. Y yo acudiré sola a todas las bodas, los bautizos, las comuniones, con mil trabajos cambiantes a mis espaldas, todos ellos frustrados y poco que contar. Que empiecen a hablar: "Mira Luli, qué despistada va por la vida, tantas cosas que quería hacer y, por querer tanto, al final no ha hecho nada de provecho. Pero se veía venir, pobrecilla, siempre tuvo la cabeza en las nubes y llena de pájaros y colorines".


Y quedarme encerrada para siempre en este pueblo que me vio nacer, soñando con cosas que podría haber hecho, o que quisiera haber hecho, pero que nunca logré; e independizarme a los 30 porque mis mil trabajos no me darán ni para un alquiler medio decente; mientras mis padres me reprochan todos mis errores y mi hermana sigue adelante y moviendo la cabeza en señal de disgusto al verme ahí estancada, perdida en mis mil colores, buscando el camino.


Estancada, esa es la palabra. Me da miedo quedarme estancada y quieta en un mundo que no para de girar y girar, y que si no giras con él te quedas, inevitablemente, a la mitad; y es irreversible: una vez te has lanzado al vacío (o alguien te ha empujado a él), ya no puedes volver a subir. Tienes que caer. Por ley de la gravedad.


Ahhh... ¡cuánto me gustaría tener la brújula de Jack Sparrow en estos momentos! Esa que te indica aquello que más deseas, y el camino que debes tomar para alcanzarlo. De verdad que pagaría oro por ella. Qué mala es la indecisión, lulilectores, qué mala.


A veces pienso que el objetivo de todo humano es seguir sus instintos biológicos: al final todos acabamos en el punto de inicio. Casados y con hijos, como dicta la naturaleza. Puedes dar las vueltas que quieras, pero tarde o temprano caerás en la red.


Lo pienso, y no me importaría. No me importaría casarme o tener hijos. Pero tampoco es algo que en estos momentos desee con toda el ansia de mi vida.


Surge, por ejemplo, la misma duda en cuestiones geográficas: ¿dónde te gustaría vivir? Silencio. Nunca me aclaro: solo estoy de acuerdo en que me quedaré en Europa. Pero Europa es muy grande. ¿Norte o sur? ¡No lo sé!


A lo mejor es la mezcla de mi sangre mestiza: ¿no dicen que la sangre siempre tira? Me apasiona el norte, el frío, el invierno, la navidad, la nieve. Alemania, Irlanda, Noruega, Suecia, Dinamarca (Asturias, sin correr tanto). Pero no me imagino viviendo lejos de mi querido Mediterráneo: la calma de sus olas, la paz que emana de sus brisas, su olor, su color. El paraíso. ¿Quién necesita el Caribe, teniendo al lado el Mediterráneo? Cuna de grandes civilizaciones, de mil historias y personajes. Todo un ecosistema.


He pensado también, otras veces, que, para una vez que vives, sería muy hermoso dejar algo de valor al resto de la Humanidad. Algo que consiga arrancar una sonrisa, un pensamiento, una lágrima a otra persona. Un libro. Una película. Una canción. Una obra de arte. Una acción. Algo que te haga sentir que la vida (que tu vida) ha merecido la pena, porque ayudas a los demás. El hecho de que se recuerde un nombre, de los millones y millones de nombres que han existido, existen y existirán. Esa sensación. ¿Un libro? Michael Ende ¿Una película? Steven Spielberg ¿Una canción? Aerosmith ¿Una obra de arte? Velázquez. ¿Una acción? Ghandi. U otro tipo de méritos: traer vida al mundo. Colaborar en una ONG.


En pocas palabras: sentirte realizado como persona; has gastado, pero también has sembrado, y los frutos empiezan a florecer. Yo no quisiera irme de este mundo con los asuntos por arreglar. Quiero que, cuando muera, ya no me quede nada por hacer; que mis asuntos estén resueltos, poder ir a descansar en paz.


Pero para eso, primero hay que saber qué es lo que te hace a ti sentir bien contigo y con el mundo. Hacia dónde piensas dirigirte en este largo viaje, y por qué rutas irás. Porque en este viaje que es la vida, estás solo: como un peregrino silencioso que camina sin descanso con una mochila a la espalda, en dirección al rojo atardecer.


Fijaos si he estado preocupada últimamente, que he reflexionado sobre Dios y todo (aunque eso supongo que es inevitable, en algún momento tenía que llegar). Sabed que yo, por el momento, soy atea, porque no he encontrado hasta ahora razones convincentes para creer, para tener Fe. Pero algunas de las personas más sensatas que conozco (y que yo hacía ateas también) no lo son, y, aunque han tratado de explicarme un poco sus puntos de vista, en mi interior todavía no se ha encendido la lucecita de la inspiración divina. Y eso que me he esforzado por entender.


Pero bueno, dejaré la religión porque merece otra entrada a parte, que si me lío más aún sí que no llegaré a ninguna parte.


Creo, sinceramente, que me cogeré un año sabático cuando termine la carrera. Solo para despejarme las ideas: cambiar de aires, viajar, aprender idiomas. Vivir, tal vez. Descubrir por qué y, sobre todo, para qué propósito he sido creada, para qué he de servir, cuál es mi función en este guión. Para encontrar ese camino tan ansiado, o terminar de perderme por completo.


No lo sé. No sé qué será de mí, para variar. Solo sé que no sé nada.


Besazzos,


*Luli*


(P.D.: ¿Y si me hago filósofa profesional? ¿Veis como no me aclaro?)
P.D.2.: La imagen es un retrato mío informatizado. Hoy me apetecía mostraros no solo mis pensamientos, sino también algo más consistente: lo más parecido a una foto que os puedo dar. Y he pensado que eso de llamarme X-Y-Z es una tontería. Mis iniciales son B.S.S. ;)




miércoles, 3 de febrero de 2010

Antojos musicales



Queridos lulilectores...


Tengo una guitarra en mi casa. Teóricamente, es de mi hermana, y encima está desafinada (ella no la afina). Pero yo, desde que estoy enganchada a la Kelly Family (el viejo lema es "Einmal Kelly Fan, immer Kelly Fan"*), pues tengo antojos musicales. Y ya no solo ellos: últimamente he estado mirando vídeos de Paco de Lucía en Youtube y de otros guitarristas... ¡y me parece un instrumento precioso y fascinante! Adoro a Paco de Lucía: tengo algún que otro CD suyo en el mp3 y me puedo pasar horas escuchándole.


Siempre me ha gustado la música. He tocado durante años el arpa, pero lo tuve que dejar porque estaba estresada y nunca más la he retomado, aunque quisiera hacerlo, pero no me siento capaz porque requiere un mínimo de dedicación (esfuerzo, dinero y, sobre todo, tiempo para aprender y practicar). Es mi espinita clavada.


Así pues, ahora he decidido que, ya que con el arpa no puedo continuar en un futuro inmediato, me gustaría probar suerte con la guitarra. No solo por capricho: la música es una especie de bálsamo para el alma. Cuando eres capaz de tocar un instrumento, de hacer melodias, de envolverte de sonido... no sé. Es una gran sensación.


Y me gustan los instrumentos de cuerda. Más que los de aire o los de percusión. Tienen una gran resonancia y un amplio abanico de registros. La guitarra es preciosa. Suena preciosa. Y es más pequeña y manejable que el arpa.


El problema es que no sé cómo aprender. Mi hermana sabe tocar cuatro acordes, pero tampoco tiene mucha idea y, encima, no está por la labor de enseñarme. Lo estoy intentando por Internet, pero con poco éxito hasta ahora. Sigo sin tener tiempo para apuntarme a clases de música y solfeo; pero nunca he sido autodidacta y no sé yo si funcionará esto del Internet.


Hasta ahora he encontrado la información básica: las partes de la guitarra, la posición de los dedos, algún acorde... me lo propongo como una especie de reto. Luli aprenderá a tocar la guitarra. Corrijo: a Luli le haría ilusión tocar la guitarra y le gustaría aprender.


Ya os contaré algo sobre si avanzo o el sueño se acaba aquí.


Besazzos,


*Luli*



(Cada vez se me va más la pinza, ¿no?)


P.D.: *Traducción del alemán: "Una vez fan de los Kellys, siempre fan de los Kellys".