martes, 16 de octubre de 2007

De mayor... ¿famosa? / MARZO


Hola!

Estoy mirando unas fotos de una actriz llamada Keira Knightley (ya sabéis, Piratas del Caribe) y, a cada imagen que veo, pienso: guarra. No es que la actriz en sí sea guarra, entendedme, es simplemente que la estoy envidiando hasta la médula. ¿Quién no lo haría? Es una chica guapa, exitosa, rica y simpática (personalmente no la conozco, pero cuando la entrevistan por la tele lo parece). Y cada vez que sale por los medios aparece vestida y peinada por los diseñadores más prestigiosos del momento, con ropas que valen un ojo de la cara y zapatos que valen un riñón. Y yo, cuando la miro, pienso: qué mona va esta chica siempre. Incluso cuando se arregla ella sola, sale en las revistas. Yo no no sé si a mí me gustaría salir en las revistas, pero desde luego sí que me encantaría ser multimillonaria y tener amigos superimportantes que me arreglaran y aconsejaran en cuestiones de belleza. Claro, belleza. ¿A quién no le gustaría ser guap@? No conozco muchos. ¿Y llevar trajes y vestidos de Dior, Chanel, D&G, Versace, Oscar de la Renta...? Aunque sólo fuera por una vez en la vida, a mí también me gustaría que me arreglaran y pintaran para posar super sexy delante de una camara. Y yo esa foto me la colgaba en mi cuarto, en plan poster, porque si alguien la pusiera en una revista no sé quien la miraría, de verdad.

Es cierto que las superestrellas tienen muchos problemas de intimidad y -a veces- de inmadurez (pongamos como ejemplo a Britney Spears, cuya última hazaña ha sido raparse la cocotera), pero a parte de eso, quien lo sabe llevar, lo lleva bien. Hacen vida normal excepto para trabajar y presentarse a eventos.

¿Y a qué viene todo esto? Pues ni yo misma lo sé. Sólo es una de mis reflexiones (esta vez bastante cuerda, pero sí algo fantasiosa, eso hay que admitirlo). Tal vez porque últimamente muchas de mis compañeras de clase me han pedido que les decore las mochilas con mis (cada vez más) famosos diseños. Sí, habéis oído bien. Resulta que me encanta dibujar y, aunque no lo hago demasiado bien (bueno, para gustos colores, ¿no?) una de mis dichas camaradas descubrió uno de mis talentos. A ver, aclarémonos que estoy liando un poco las cosas. No descubrió ningún talento. El talento ya lo conocían muchas personas (acabo de darme cuenta de que no he mencionado en qué consiste el talento en cuestión; pues bien, se trata de unos dibujitos que hago en clase en los bordes de los libros o las agendas cuando me aburro, son como pequeñas espirales), y lo conocían porque mis dibujitos son originales (echamiento de flores a myself) y cuando los hacía prestaban atención. Pues bien, esta chica de mi clase (un saludo desde aquí, Maju) los apreció en sobremanera y me pidió que le dibujara la mochila. Y, ¡plaf!, dos días después iba paseándose con mis diseños (¡qué bien suena eso! ^^) por el instituto, causando sensación, porque la mochila, la verdad, quedó genial. Y entonces, otra amiga mía se animó a que me arriesgara también con la suya. ¡Y de verdad que no sé cuál de las dos me gusta más!

Desde entonces muchas me lo han pedido ya, y como son amigas de momento trabajo gratis pero... ¡quien sabe! ;) Veré si puedo hacer algo para que ganen popularidad y así conseguir un trabajillo en alguna parte, jiji (mira Tous cómo empezó, haciendo osos). ¡Igual de aquí un par de años alguno de vosotros se compra cosas mías! *.*

Después de calentaros la bola una vez más, me despido, dedicando mi imagen de hoy a la ya famosa Keira.

Besazzos,

Luli

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