martes, 16 de octubre de 2007

Futuro... / FEBRERO


Holaaa!!

Bueno... ¿qué contar? Relativamente poco, la verdad, puesto que hace un par de días ya me rallé bastante con el Día de San Valentín, así que me gustaría comentar algo diferente.

Ayer fui a la Universidad de Valencia de Filología, a visitar el Campus de Blasco Ibáñez y... me quedé alucinada, la verdad. Para mí, una humilde estudiante de primero de Bachillerato, es un mundo diferente, un mundo de ensueño, un mundo ideal. De repente me vi en mitad de un mar de jóvenes modernos, enrollados e independientes. Un mar de jóvenes llenos de esperanzas, expectativas e ilusiones. Un mar de jóvenes estudiosos, animados y marchosos. En resumen, un enorme mar de jóvenes. Y de pronto pensé: "qué fácil es ahogarse". Bueno, me dijo mi futura compañera de Traducción e Interpretación, esto es como el carné de conducir: todos dicen que es difícil... ¡pero la de cazurros que hay en las carreteras!

En resumen, fue genial. Llegamos a las nueve y media pasadas y una señora importante nos dio una charla de hora y media (¡y no me dormí!), para que luego nos asignaran un guía -estudiante voluntario- durante las horas siguientes. Almorzamos en el bar, y traté de comerme mi bocadillito casero envuelto en papel de plata lo antes posible, igual como todos los demás, mientras la profesora que estaba con nosotros nos contaba sus movidas universitarias. Después hicimos el recorrido habitual, mientras el guía nos hacía las explicaciones convenientes:

-Aquí tenéis el aula de Informática, pero no hay ordenadores en estos momentos, así que tampoco os dejarán entrar...

-Fijaos, este es uno de los sindicatos de estudiantes, donde os podéis reunir cuando queráis para debatir acerca de vuestros derechos, e incluso votar. Eso sí, sabed que la mayor parte de las veces no os harán caso...

-Y en esta aula siempre hace calor, pero no la suficiente como para no sufrir frío...

Total, que al final, el gracioso de turno del grupo, sacó su propia versión:

-Aquí tenemos los váteres, eso sí, no tienen cisterna, y sabed que la mayor parte del tiempo no habrá papel higiénico.

Bueno, la universidad estaba en bastantes buenas condiciones, para qué negarlo, y cada vez me emocionaba más con la idea de que me tocara a mí. Sin embargo... ¿estoy realmente preparada para ello? Soy una buena estudiante, lo sé, pero hay tanta competencia y gente peleando por un mismo objetivo que... es inevitable deprimirte un poco. Siempre vienen las dudas: "¿y si no sirvo para esto?" A mí, por ejemplo, me resultaría difícil estudiar en Valencia porque en la universidad no se encuentran los dos ciclos de Traducción e Interpretación, sólo el segundo, así que el primero lo tendría que hacer en... Castellón. Las universidades de Castellón son novísimas, y las instalaciones excelentes, pero mi padre me dijo que "Castellón es para los de segunda división". Además, mola más Valencia. Es más grande, más espectacular y, además, una de mis ciudades preferidas.

De modo que no siempre consigue uno lo que quiere. O yo me cambio de carrera o me aguanto hasta sacarme una titulación de Filología... cosa que no me llama demasiado. Debo elegir. El problema es... ¿qué elijo? Es una decisión importante, porque estás marcando una parte de tu vida con esa elección; estás implicando tu futuro trabajo y tu futura profesión. ¿Y si lo haces mal? ¿Y si, cuando estás en mitad de una carrera, te das cuenta de que no es lo tuyo? ¿Es mejor abandonar y hacer algo que te apasione de verdad o aguantarte con lo que tienes aunque no te guste? ¡Y perder años de estudio! ¡Y no independizarte hasta los 35, como Tripp en Novia por contrato! Yo, lo que quiero es irme de casa cuanto antes, pero... ¿qué pasará después?

En fin, como veréis mi futuro es un poco incierto y algo confuso, así que no os marearé más con mis dudas. Al fin y al cabo... siempre me puedo dedicar al teatro, según mi madre. =)


Besazzos,


Luli

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