Hola a todo el mundo.
Hace siglos que ya no me paso por aquí, pero por lo visto no han cambiado demasiado las cosas. Al tener el brazo escayolado, el médico me prohibió hacer algún esfuerzo de más, así que, por lo consiguiente, me vi obligada a abstenerme de cualquier tipo de actividad que requiriera dicho esfuerzo (incluído escribir tanto a mano como a máquina; no veáis lo bien que me lo pasaba en clase, sin hacer nada durante más de diez días).
Sin embargo, estoy de nuevo de vuelta y, aunque San Valentín ya pasó, me gustaría hacer una breve alusión a este día del consumismo. Así que voy a plantear unas preguntas:
-¿Quién lo inventó?
Bueno, hay varias opciones, eso es evidente. Yo, por ejemplo, escuché en la radio que se celebraba en commemoración a un Papa que existió no se cuántos siglos atrás llamado Valentín (obvio, ¿no?) que se dedicaba a unir en matrimonio a muchas parejas por medio de celebraciones paganas, lo cual estaba prohibido. Se hizo famoso y, por esta razón, lo condenaron a muerte (lo que no recuerdo es si murió el día 14 de febrero). ¿Es eso cierto? No podemos saberlo, es muy difícil de comprobar.
-¿Realmente es el día de los enamorados?
Esta es la típica pregunta que nos hacemos todos ese famoso día: ¿hay alguna razón para estar más enamorados el día 14 de febrero que el día 13? ¿O que el día 15? Quiero decir, si una pareja se quiere de verdad, pues se quiere igual el día 11, 12, 13 o 26. No hay razón alguna para suponer que el día 14 de febrero es El día en que se tiene que estar más acaramelados, empalagosos o idiotas (sinónimos de "enamorados"). Es más bien una cuestión de publicidad: desde que El Corte Inglés sacó unos bombones especiales en forma de corazón para este día "tan especial", todos se apuntaron a la moda y, desde entonces, el pobre 14 de febrero quedó idealizado. ¡Y a lo mejor ni siquiera quería ser el Día de los Enamorados! ¡Igual prefería ser El Día de la Paz! ¡O el Día de la Mujer Trabajadora! Pero claro, como esos ya estaban ocupados, pues algún día le tocó ser, ¿no?
Además, suponed que alguien nace este día, el 14. ¿Nacerá enamorado? ¿O encontrará el amor nada más nacer? ¿O de mayor será el capricho de las nenas? ¿O la furcia del pueblo...? ¡Dios, puede quedar marcado para el resto de sus días!
No, el 14 de febrero no es el Día de los Enamorados. El 14 de febrero es el Día de San Valentín, que es muy diferente. Es el día en que los "enamorados" se hacen regalos para demostrar su "amor" a sus parejas. Y si uno se gasta 150 euros en unos zapatos para su mujer, pero ella en cambio sólo le regala una corbata de 25, entonces está el lío armado y dejan de hablarse para ponerse de morros. Hasta que, al fin, la mujer tuerce el brazo, conciliadora: "Venga, Jose, no seas rencoroso que hoy es el día de los enamorados. Tu regalo era precioso, deja que te invite a cenar". ¿Quién no se habrá visto en esa situación? Hablo de los adultos, por supuesto.
Para los jóvenes como yo es más fácil. Mi amiga, por ejemplo, le compró a su novio un llavero del Barça, y él a ella un llavero de Winnie the Pooh. Es acertado, sí, no os riáis, ¿por qué no habría de serlo? Si ella le regaló una toalla del Barça por su cumpleaños y le encantó, y él le ragaló un cojín del Winnie ese por el suyo, ¿qué les hace pensar que no les gustará el llavero? Por favor, qué chorrada. ¡Si es incluso más mono que el pijama de Winnie y el reloj del Barça que se regalaron por Navidades! Pero bueno, a lo mejor ella es algo más ambiciosa y piensa: "Jo, siempre igual, podría cambiar un poco y regalarme algo de Tigger..."
Naturalmente, no hemos de olvidar los típicos revolucionarios del Día de San Valentín, los auténticos rebeldes, los verdaderos: ¡no, yo no estoy enamorado! Ésos que bautizan el sagradísimo día 14 como "El Día de San Solterín" o "El Día de los No-enamorados". Normalmente es fácil detectarlos. Se agrupan en pequeñas sociedades que rozan el carácter sectario, y suelen llevar nombres del tipo: "Muerte a Cupido" o "Rompedle el Arco". Incluso hacen camisetas, y les salen logradísimas, la verdad. Se juntan para hacer fiestas o actividades que les obliguen a distraerse de que el día 14 todos andan por ahí besuqueándose menos ellos. "Bah, qué estupidez, eso es para los ñoñas y los maricas", es su argumento. Pero en el fondo, muy en el fondo... ¿quién no desearía ser uno de esos que andan por ahí haciendo manitas?
Y, por supuesto, también nos encontramos con los "Corazones Solitarios" o los "Corazones Partíos", aquellos que acaban de salir de una relación poco antes de El día y no paran de atormentarse. Ahí sí que es más fácil darse cuenta: se caracterizan por los pañuelos y los llantos. "Mira, hace dos días yo estaba como ésos ahora..."
O, directamente (y éstos ya son el colmo), los que lo dejan ese mismísimo día. O_O. Sí, sí, sin ir más lejos, en la clase de mi hermana tuvo lugar un caso así. El chaval dejó a su novia porque ésta "decía que había un tipo que estaba muy bueno cerca de su casa que le había dicho hola al pasar por su lado". Y la pobre con unos llantos... Claro, esto a los 13 años es normal. ¿Y qué harán con los regalos?, os estaréis preguntando. Bueno, pues el chico en seguida se puso a pregonar el suyo por la clase: "¿Quién quiere esta pulsera?" Y todas: "¡Yo, yo!", incluídas las amigas de la novia. Bueno, todas excepto mi hermana, que estaba demasiado ocupada cosolándola (claaaaro ¬¬).
En fin... que durante este ingenioso día nos encontramos de todo. Mi San Valentín, por ejemplo, fue estupendo: me arreglé un poco y, en el instituto, mis compañeros y yo nos hicimos el regalo del Amigo Invisible a primera hora, de muy buen rollo. Mi regalo fue genial: una bonita taza de una vaca sobre fondo rojo y floreado y unos pendientes. Además, recibí varias tarjetas de felicitación. Vale que no estoy enamorada pero... ¿no es genial tener una excusa para recibir un regalo de vez en cuando? ¡Y más cuando de postre comes fresas bañadas en chocolate caliente!
Besazzos,
Luli
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