Estoy aburrida.
Tengo el SAT (Síndrome de Abstinencia de Trabajo). Bueno, no sé si eso existe, pero yo lo tengo igual. Desde que acabé de trabajar en la tienda me pasan las horas súper lentas. Ahora, al fin, puedo hacer lo que quiera. Tengo todo el tiempo para mí, para pensar, para mimarme, para escribir, para leer, para ver la tele, para tomar el sol, para salir con mis amigas...
Entonces... ¿por qué estoy aburrida? Llevo unos días sin trabajar y me estoy muriendo de asco. Por Dios, eso no puede ser. ¡Me voy a volver loca!
Acabé en la tienda el día 2 de septiembre. Mi jefe nos invitó a mi compañera y a mí a una paella en un restaurante a orillas del mar. La velada fue estupenda. Después estuve trabajando de canguro cuidando a unos niños durante cuatro días, levantándome como consecuencia a las siete de la mañana. Fue estresante, pero acabé el jueves.
El viernes me lo pasé con mis amigas, paseando y eso. Fue genial.
Ayer fui a hacer unas horas en la tienda del pueblo, que me llamaron. Me pasé el día allí, currando. Y esta mañana he hecho una hora de deporte. Después he estado en la playa, tostándome y descansando. Por la tarde he sacado a mi perra durante una hora, pero desde entonces... no he hecho nada. Y a mí tanta inactividad me mata. Por eso estoy aburrida.
Una tarde encerrada en casa sin tener donde caerme muerta me ha hecho reflexionar. ¡Vamos, por favor, que incluso tengo ganas de que empiece ya el instituto! Mi único consuelo en estos momentos es el vecino, jaja, con el que coincido todas las mañanas en la playa. *¬*
Pero es que por lo demás...
Me da hasta vergüenza presentar esta entrada tan impersonal, sin mis típicos comentarios y sin mi habitual humor...
Pero bueno, supongo que me lo perdonaréis porque un aburrimento integral lo tiene cualquiera.
Besazzos,
Luli
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