lunes, 24 de diciembre de 2007

Ya es Navidad


Hola y muy buenas a todos.


Quisiera decir que... ya es Navidad. Yo, realmente, no me había dado cuenta hasta este momento, a pesar de los preparativos previos (anuncios de juguetes, de turrones y de cavas; lotería de navidad, luces por todas partes, papás noeles por aquí, renos por allá y, por supuesto las típicas peliculitas tradicionales de cada año). Mi indiferencia seguramente se deba a los exámenes, que me han arrebatado un mes entero de mi preciosa vida y no me han dejado ni respirar, pero, una vez finalizado el instituto y haber entrado de lleno en las vacaciones (con la correspondiente resaca del sábado pasado) estoy abriendo los ojos y percatándome de que el espíritu navideño me rodea por doquier.


Sobre todo hace un rato, cuando mi madre (un beso desde aquí, mamá, que hoy estás atacada de los nervios y no contribuyes a la Felicidad, a la Paz y al Amor) me ha mandado al Mercadona a comprar Raviolis para la comida de hoy. De camino al supermercado me he dado cuenta de que la gente andaba muy ajetreada por la calle, todos los coches estaban aparcando en doble fila y había un policía repartiendo Alegría por las calles: lo hacía con un bloc de papelitos rosados y un bolígrafo. ¡Qué bonito! Llegar a tu coche sudoroso y acalorado, después de haberte pegado una carrera impresionante para conseguir el último pavo para la comida de mañana, que el carnicero estaba a punto de cerrarte, y cuando llegas a tu coche encontrarte cara a cara con el boleto. El infarto que te da mejor no lo describo.


Pues nada, ahí estaba yo, medio dormida e inocente, creyéndome que Mercadona me abriría sus puertas para que yo entrara y me gastara el dinero en sus productos cuando... ¡Tachán! Va y no me las abre, pero más que nada porque había tal cola para ENTRAR que me he tenido que esperar dos minutos antes de poder meterme dentro. ¡Qué locura! Señores, confirmo como testigo presencial que es verdad que LA GENTE SE ESPERA A ÚLTIMA HORA PARA HACER LAS COMPRAS. Yo me pensaba que era una treta de los americanos para espectacularizar un poco más sus películas, pero NO, es cierto, no SE TRATA DE NINGÚN TÓPICO.


He emprendido una fascinante batalla para encontrar los paquetes de raviolis y los dos panes (una señora me ha mirado muy mal cuando he cogido el último) y me he dado una prisa enorme para llegar a la cola pero... ¡horror! Todo eran carros llenos hasta los topes. Y justamente hoy, que es cuando toca ser bondadoso, amable y generoso, nadie me ha ofrecido dejarme pasar. He tenido que aguantarme horas y horas hasta que por fin me ha tocado el turno a mí, para salir disparada del supermercado, no sin antes tener que desearle una feliz Navidad a mi profesor de Inglés, que se me ha cruzado por la calle.


Señores, por favor, no se me estresen, que ya es Navidad.


Felices fiestas, les desea


*Luli Manuli*


P.D.: Mamá, tú tampoco.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Limpieza de correo




¡Hola a todo el mundo!

Hace como ocho millones de años que no me paso por aquí y, la verdad, el hecho de que por fin decida visitar mi propio loft internetarial significa, al fin y al cabo, una buena noticia: ¡¡¡he acabado todos los exámenes!!!

¡Yupi! ¡Yuju! ¡Superwaximegahiperdubideramentegenial! ¡Sí! ¡Dupidupi!

Tengo que chillarlo a pleno pulmón, lo siento.

Señores, tápense las orejitas, pues lo que viene a continuación no es apto para oídos delicados:

¡¡¡HE ACABADO YA TODOS LOS EXÁMENES!!!

Bueno, al menos por el momento. Buf, pero esto alivia que no veas.

Lo primero que he hecho cuando he vuelto a casa ha sido enchufar a Entusiasta, mi querido ordenador portátil, quitarle las toneladas de polvo que lo cubrían y comprobar que todavía funcionaba. Me he llevado una gandísima alegría al descubrir que aún seguía circulando energía por su cable de alimentación eléctrica (él es que es especial: es portátil pero la batería no le aguanta ni diez minutos, por lo que siempre lo tengo que tener mamando de un enchufe. Pobrecito, podría llamarlo Delicado). La cuestión, que he entrado en Internet, en mi bandeja de correo electrónico y... no me he caído porque estaba sentada, pero casi me da un ataque de taquicardia.

Nada más y nada menos que sesenta y cinco correros. ¡¡¡ARGH!!! Yo ya iba con negros pensamientos, porque una tiene experiencia en estas cosas y sabe que, cuando está como veinte días sin encender el correo, pues luego siempre tiene acumulación, pero, hacía tiempo que no tenía tanto (y, la verdad, creo que de no ser porque mis amigas también estaban de exámenes, habría tenido el triple). Y, como siempre, eran los mismos ocho u nueve mensajes enviados por las trece u catorce amigas a la vez.

Represento la escena de Luli leyendo, seleccionando y eliminando hotmails.com.

LULI (yo): T.T vaaale.... empecemos.
ENTUSIASTA [mostrándome hotmails.com].
...

LULI: [leyendo] U.U V.V T.T ¬¬ X_X

Conclusión: todos los hotmails.com acaban igual. Cito:

-Si no reenvias esto a veintiocho personas en trece segundos morirás ahogada por un pedo de oca en menos de tres horas

-Si no reenvias este correo a toda tu peña serás desafortunada en el amor durante el resto de tus días

-Si no reenvías esto a doce personas en menos de tres minutos tendrás ocho años de mala suerte

-El pequeño Jimmy no hizo caso de el mail y murió en circunstancias sospechosas a los dos días

-La joven Susan también ignoró el mensaje de sus amigos y a los tres meses su familia falleció en un acccidente provocado por un zorro panzón cuando daban un paseo en lancha. Curioso, amigo, pero cierto.

-Por favor, reenvía este mensaje a todos tus contactos para que los pobres Ann y Sam (gemelos siameses que tienen dos piernas en la cabeza y tres ojos en la frente) puedan sobrevivir. Pero no se lo reenvíes a la persona que te lo envió o el chico al que amas con locura te ignorará y no volverás a enamorarte jamás.

-¡Manda este mensaje a sesenta y tres coma cuatro con cinco personas en menos de diez segundos para ayudarnos a cumplir nuestro sueño: enviar el correo más largo del mundo! ¡Han participado hasta vietnamitas, marroquíes y cubanos! ¡Ánimo, sé el número 64.678.346.934 de nuestra cadena!
¬¬

¡Venga ya! Los he borrado todos, todos, y todos. De modo que si no reaparezco en menos de tres años ya sabéis que es porque la Maldición del Mail me ha atrapado y he perecido devorada por el Monstruo de las Galletas mientras miraba Barrio Sésamo. Tsé.

Besazzos,

*Luli*

sábado, 1 de diciembre de 2007

Ella ya ha triunfado


¡Hola de nuevo y feliz día uno!



Anoche hicieron en mi pueblo un Festival Benéfico, en el que participaban en directo un montón de cantantes locales, entre los cuales estaba una amiga mía (Sujeto T). Llevaba insistiendo desde hacía un mes para que nos compráramos las entradas, y las conseguimos este martes pasado, justito justito porque se agotaron el miércoles.



Total, que aunque el espectáculo empezaba a las diez (en la Casa de la Cultura), las tres amigas y yo decidimos ir veinte minutos antes para pillar sitio y... ¡la cola de gente se prolongaba durante unos cien metros! Nos quedamos así O_O y lo único que se nos ocurrió fue... colarnos v.v.

Consecuencia: todo el pueblo silbándonos. Gente de todas las edades diciéndonos cosas muy feas, consiguiendo sacarnos los colores. V.VU

Sí, sí, pero yo tuve asiento, y todos los que entraron después se tuvieron que quedar de pie.


Bueno, pues nada, empezó la función y los artistas locales empezaron a cantar. La presentadora,que es una chica que tiene un año más que yo, iba vestida como si fuera de boda. La mayoría de cantantes eran jóvenes (entre trece y veinticinco) y mi amiga Sujeto T estaba guapísima. Canta muy bien y, aunque patinó un poco en alguna canción, nos puso a todos los pelos de punta. Nos emocionamos mucho y todo el pueblo aplaudió con fervor. ¡Si habría más de mil personas en la CaCu!


Yo vi cómo mi amiga saludaba con la mano y pensé: "ella ya ha triunfado". Hay que tener mucho valor para subirse a un escenario abarrotado hasta los topes de gente que te conoce. Apagan las luces y, aunque no ves nada, sabes que hay centenares de ojos sobre ti dispuestos a juzgarte ante el menor error que hagas. Un haz de luz cae sobre ti, enfocándote y realzándote en la negrura. Tal vez si fueran desconocidos no impondría tanto respeto, porque, al fin y al cabo, qué más da lo que piensen, si no te conocen y probablemente no volverán a verte nunca más. Pero cuando vives en un pueblo tan pequeño como el mío, donde todos conocen a todos, no puedes menos que sentirte nerviosa.


Y mi amiga lo bordó. Fue de las mejores y todo el mundo la llamaba ¡Guapa! ¡Artista! y cosas así. No sé cómo debió sentirse al verse admirada y querida por tanta gente, pero seguro que es una sensación única: tener un talento especial (una voz preciosa), emocionar a miles de personas y ser aclamada por ello será una cosa de los que pocos puedan presumir de haber hecho, y, los que lo han conseguido, son triunfadores.


A mí también me gustaría tener un momento así: ser por una vez en mi vida el centro de atención, que en ese mismo instante los que te rodean quieran ponerse en tu piel y que digan: "es una triunfadora".


Cómo molo, debió pensar en ese momento mi pequeña amiga Sujeto T, como en su momento pensó Manolito Gafotas, el célebre personaje creado por Elvira Lindo.

Cuando las actrices se dejan fotografiar por millones de objetivos en las presentaciones de sus películas, vestidas de infarto y perfectamente arregladas, seguro que también lo piensan. O las modelos, cuando desfilan con picardía por una pasarela con un traje que todos quisiéramos ponernos por una vez en nuestra vida; o los cantantes exitosos, a los que cientos de miles de gente aclama en sus conciertos; o autores famosos, cuando sacan un libro y la gente acampa en las puertas de las librerías para conseguir un ejemplar; o un político questá acabando un dicurso. Todos esos están triunfando en un cierto momento, que luego puede que se repita o no, pero seguro que durante esos instantes todos piensan: cómo molo.


Han llegado a lo más alto y eso merece mi admiración, así como las de muchas más personas. Es genial ser anónimo, uno más, pero, señores, para una vez que vivimos, todos deberíamos ser recordados y aplaudidos, aunque sólo sea, lo dicho, durante un fugaz minuto.


Bueno, la velada acabó bien, aunque mis amigas y yo nos desmadramos un poco. El público consistía en centenares de abuelos, al menos en el palco en el que yo me encontraba, y era un muermazo. Nosotras cuatro fuimos las únicas que chillaban todo el rato, animando, cantando y riéndonos, con la consecuencia de que mosqueamos a bastante gente, que nos chistaba y soltaba comentarios por lo bajini, pero, la verdad, no nos molestó demasiado. Tuvimos un pequeño incidente con un hombre especialmente enfadado que nos gritó abiertamente desde la fila de delante (creo que fue una cosa del tipo: ¡¿Por qué no cerráis la boca de una p*** vez?!), pero al rato se nos pasó y seguimos a lo nuestro.


Soy consciente de que fuimos bastante descaradas delante de todo el pueblo, pero me da bastante igual porque me vino muy bien para desahogarme. Después de tanto examen (que aún no los he acabado) y de la vida de ermitaña que llevo últimamente, que no salgo de casa menos que para ir al instituto o a la biblioteca, un poco de ruido me vino de perlas para despejarme.


Bueno, os dejo que tengo que hacer un trabajo.


Besazzos,


*Luli*