domingo, 7 de diciembre de 2008

Tesoros




Queridos lulilectores...




Hoy he visto Amélie. Era una película que quería mirar desde hacía tiempo porque tuvo mucha resonancia hace años y yo aún no había tenido ocasión de verla. Pues ahora ha pasado automáticamente a la lista de películas favoritas, de esas que nunca me cansaría de ver por los siglos de los siglos. Hay una frase que se me ha quedado especialmente grabada: "Corren malos tiempos para los soñadores".




Bien, pues Amélie me ha inspirado. Quiero decir: ¿quién no ha imaginado alguna vez con encontrar un pasadizo secreto en su casa o algún tesoro especial que llevaba años oculto y cuando lo descubres decides mantenerlo en secreto? Amélie, por casualidades de la vida, de pronto se topa con una caja de recuerdos tras una losa suelta del baño de su casa. Y esa cajita le cambia la vida. A mí me ha sucedido algo similar.




Nada más terminar los créditos de Amélie, he caído en la cuenta de que yo descubrí también, hacía mucho, cosas de la antigua propietaria de mi casa en mi habitación. Es que yo he tenido dos hogares: el primero (que me vio nacer y acogió mi infancia) fue un piso en el que viví hasta los ocho años, que fue cuando mi padre compró la casa en la que vivo desde entonces. La casa pertenecía a una familia que tenía dos hijos, una chica y un chico. Nunca los conocí, ni tampoco a los padres, porque era muy pequeña y esas cosas las llevaban mis padres, claro. Sólo recuerdo que la primera vez que nos enseñaron la casa por dentro, mi padre me dijo que eligiera una habitación de las dos que había para mi hermana y para mí, porque yo era la mayor.




Una habitación era del chico, estaba pintada en amarillo y tenía una ventana. La otra, con las paredes de rosa chillón, tenía la puerta que daba al balcón. Quizá la mía es un pelín más pequeña, pero el balcón se convirtió en algo indispensable para mí, así que me instalé allí de cabeza. Y hasta hoy.




Pues cuando era más pequeña -no recuerdo qué edad tendría- una vez (y por accidente) descubrí que había cosas de la niña en el hueco del último cajón de mi armario, en el suelo. Creo que fue porque yo andaba buscando un escondite para guardar algo que no quería que mi hermana me cogiera, así que en última instancia se me ocurrió sacar el útimo cajón y, de ese modo, descubrí que allí había un hueco lo suficientemente grande como para ir metiendo cosas. Sin embargo, lo de la niña nunca lo toqué, estaba lleno de polvo y me daba asco meter la mano, porque además el hueco siempre está muy oscuro.




Hoy, después de ver Amélie, en seguida me he acordado de aquella vez y me he ido pitando a mi habitación a sacar del sitio el último cajón del armario para ver qué eran exactamente las cosas que aquella niña, por casualidades de la vida, se dejó olvidadas cuando se mudaron. Y me he sorprendido porque había mucho más de lo que recordaba. Esto son los tesoros que, tras quitarles el polvo concienzudamente, he encontrado en mi antiguo escondite:




-Dos cuadernos de cálculo de parvulario. Uno se llama Cálculo intuitivo, de Pedro Cerdá. Está coloreado y corregido por un profesor o profesora y, ¿sabéis qué fechas tiene? ¡Septiembre del 87! Yo ahí aún no había ni nacido. El otro tiene una cosa asquerosa pegada a la portada, y se titula Matemáticas Colasín, de M. Ferrer, C. Miranda, M.ª C. Pérez y D. Rosillo. No tiene fechas, pero los problemas son del tipo: "Tienes dos canicas y jugando con tu hermano le ganas una. ¿Cuántas canicas tienes ahora?", así que deduzco que deben ser años similares. Por cierto, en ambos pone "Maria José" en la portada, así que ya sé cómo se llamaba la niña. ;)




-Singles. O al menos eso me ha dicho mi madre. Son los CDs de antes, como los LPs esos grandes, pero algo más pequeños, de color negro. Hay seis en total:




*Tanguillo del Golpe/Sevillanas del Susto, de Juan Palacios




*Un ramito de flores, de Topo Gigio




*El Ratón Caramelón, de Monano y su banda (Miliki)




Atchís!, de Monano y su banda (de nuevo Miliki)




*Los payasos de la tele, en concreto Gaby, Fofito y Rody




*Heidi, de Heidi Mattete Goran y Heidi Oshiete (que son las canciones de la serie)




-También había dos perchas y, lo más importante, ¡las cosas que escondí hace no se cuántos años! Me ha hecho mucha ilusión volver a verlas. Se trata de un bolsito que mi abuela me regaló de un viaje que hizo a la India. Es precioso, de color azul satinado (aunque está muy descolorido, lo recordaba más brillante) y dentro hay un montón de cosas bonitas: una bolsita de plástico que contiene botecitos de purpurina de colores (blanca, lila, plateada, roja...), también algo que en su día fue brillo de labios -que está como mohoso pero, aun así, conserva su delicioso olor a ciruela- y tres cajitas de tinta para hacer cuños. Por último, unas gemitas de plástico que brillan mucho y que recuerdo que usaba a veces como collar, porque me gustaba cómo reflejaban la luz que filtraban por las caras.




Me he puesto perdida con la purpurina, y eso que los botes estaban todos cerrados. También había una carpeta con fotos de Harry Potter que me dio por coleccionar cuando sacaron la primera película. La carpeta me trae recuerdos de cuando iba a clases de arpa a Cullera, porque es la que solía usar para guardar las partituras.




Y, al parecer, no soy la única que hoy se ha puesto nostálgica porque mi madre ha descubierto viejas cartas que guardaba de su abuelo (el que fue a la guerra) y que ni siquiera sabía que existían. Me ha dicho: "Ya sé cuándo perdió la pierna exactamente".




En fin, lo que vengo a contar con todo esto es que hay pequeñas cosas que, a veces, dan la sensación de que cuando se cruzan en tu camino te animan a seguir adelante porque te hacen ilusión o te proporcionan pequeñas satisfacciones que llenan mucho más que los grandes acontecimientos. Ahora mismo tengo una sensación de placer y tranquilidad que me encanta, porque he tenido la suerte de encontrar unos tesoros especiales que contienen recuerdos felices, tanto míos como de una mujer llamada Maria José que, cuando fue niña, disfrutaba escuchando cuentos y canciones infantiles (deberíais ver las fundas de los singles, son todo un colorido). Además, el hecho de que esos objetos sean "antiguos" (del 87 tampoco parecerá tanto, pero son más de veinte años ya, al fin y al cabo esas cosas son más viejas que yo) pues eso le otorga más valor aún si cabe.




Como dice la voz en off de la película: "Sólo el descubridor de la tumba de Tutankamón sería capaz de comprender la emoción de Amélie al encontrar la caja de recuerdos". Y en la película, Amélie se propone encontrar al propietario y devolverle la caja, pero yo he optado por conservar y proteger mi tesoro: igual como he sacado las cosas del fondo del armario, las he limpiado, las he ordenado y las he dejado de nuevo donde estaban, eso sí, dentro de una bolsa de plástico para que el polvo no las estropee.




Quién sabe, igual la gente que compró nuestro antiguo piso se encontró con alguna firma mía en la pared o algún juguete que perdimos de pequeñas mi hermana y yo. ¿Les haría la misma ilusión? Seguramente no, porque los adultos son unos aburridos que a veces pierden el norte y que sólo piensan en sus cosas. Allá ellos, porque yo bien que me he emocionado ante mi tesoro, y bien que me he divertido imaginando a la pequeña Maria José cantando con alegría las canciones de Miliki al unísono con el CD, o recordándome a mí misma escondiendo la valiosa purpurina para que mi hermana no me la quitara.




Corren malos tiempos para los soñadores... ¿no habría que ponerle remedio de una vez?




Besazzos,




*Luli*
P.D.: La foto, cómo no, dedicada a la que me ha inspirado hoy.




6 comentarios:

Ilusia dijo...

Como mola encontrarte cosas que guardaste hace años y no las recordabas!!

A mi hace un par de semanas me pasó lo mismo... Encontré un rinconcito de mi habitación (que se levanta la madera) y encontré pequeñas figuritas de esas que regalan en los huevos kinder xD

Al rato se quedó mi padre fijamente mirandome y me dijo: "tienes 20 años ya" y yo le dije "pues eso dicen". Entonces me llevó a su habitación y levantó una madera (que esta en el suelo como de leja)y me sacó tooodas las revistas que me compraba yo de pequeña (La supermini y la de la Barbie), jajaja, que emoción me entró al verlas jejejeje. Y me dijo que yo le habia dicho a los 10 años, que cuanod yo tuviese 20, me las enseñara xD

Teresa dijo...

Es curioso pero un día mi hermana se compró un libro en el rastrillo. De esos por un euro que, más que probablemente, han sido robados.

Y se encontró como señalador en el libro, nada más y nada menos, que una postal. Era una postal vieja escrita a un familiar.

Me acuerdo que una frase decía algo así como "dile a no sé quién que estamos bien", era algo así como muy familiar.

Mi hermana me dijo que buscó en la guía la casa a donde iba dirigida y ya no existía. Le dije yo "como Amèlie" y me contestó... "ya, yo también lo había pensado".

Es increíble la de pequeños tesoros que hay perdidos por el mundo, y qué ilusión hace encontrarlos.

Yo, por ejemplo, estoy organizando junto con unas amigas una cena de la generación del 90 de mi colegio. Y todo empezó por unas fotos de la guaradería y un puñado de recuerdos...

¡Un beso soñadora! (Siempre son buenos tiempos si queremos que así sea)

Luli dijo...

Buenass!! He leído vuestros comentarios y los dos me parecen preciosos ^^

Isabel, eso de guardar algo cuando eres pequeña y volver a sacarlo cuando eres mayor yo también lo he hecho: hace dos o tres años escribí en mi diario cómo me veía a los veinte o ventipico, así que cuando cumpla la edad requerida abriré el sobre que me aseguré de cerrar bien para que la curiosidad no me estropeara la sorpresa y... jaja, supongo que me echaré unas risas, si aún tengo el blog os lo comentaré.

Teresa, eso de hacer una cena de remember de los 90 ¡es genial! Lo único que me intriga es cómo lo haréis exactamente. ¿Os pondréis ropa vieja o os peinaréis así como nos ponían nuestras madres -la mía me hacía cada pelo ¬¬- o...? ¿O simplemente os sentaréis todas juntas y os pondréis a ver fotos de cuando erais peques y videos para recordar viejos tiempos? O simplemente hablando, que también te echas unas risas... jaja, no lo sé, espero que lo cuentes en tu página y así me despejes las dudas.

BESAZZOS ENOOORMES a las dos!!! Muak!

Eva dijo...

Cierto cierto!
Amelie es una de esas peliculas que te hace pensar :)
Es la ostia, hablando en plata.

Venga Luli!

Teresa dijo...

Gracias Luli por el consejo y por confiar en mí =)

Al final no hice el examen pero creo que así fue mejor. Era dificilísimo y el profesor se puso de mala leche...

A junio, eso sí, seguro que me presento, ¡tendré más tiempo para estudiar y más tiempo para atiborrarme a tila!

Un beso!

marta dijo...

Amèlie... aún recuerdo la sensación que me dejó esta película cuando la vi por primera vez el verano pasado. Me gustó muchísimo, la trama es... no sé, algo tan normal y simple, ¡pero tan singular!



P.D.: has visto la película el día de mi cumple :) jajajaja.