Queridos lulilectores...
La vida sigue. Hoy, acabando mi segunda semana en la Fascinante Facultad de Filolgía, me he dado cuenta de que estoy empezando a establecer la tan necesitada rutina. Digamos que "mi pandilla" son los cinco personajes que destaqué la última vez: Guille, Belén, Sara, Karina y Patricia -aunque nunca dice nada, es una persona pasiva: si no le hablas, no te habla. Punto-. De todos modos, eso no me ha impedido hablar con más gente, cosa que aclararé a continuación.
La universidad me gusta: es otro rollo. Las clases son difíciles, sí, pero hay mucha libertad (los profes nos han indicado que, cuando nos hacen una pregunta directa, podemos optar por pasar de responder, fíjate tú, no quieren que nos sintamos "incómodos"). Recuerdo que hace dos años, en la visita que hice con el instituto, me parecía un mundo enormemente atractivo, libre, diferente (de hecho, creo que hice una entrada al respecto, si no recuerdo mal).
Ahora me va pareciendo normal. Quiero decir, sigue siendo genial, nadie te dice lo que tienes que hacer -excepto los profesores, claro, pero tampoco te obligan, sólo recomiendan- y mola mucho verte rodeado de jóvenas y jóvenos que suben y bajan escaleras (sobre todo porque hay muchos jóvenos guapos ;) ), pero para mí la uni ha perdido la espectacularidad aquella que me impresionó tanto cuando la visité. Digamos que se ha desvanecido el aura dorada que envolvía este mundillo y lo hacía tan brillante; ahora simplemente es un mundillo diferente al que hay que adaptarse rápidamente o perecer.
Y hablando de adaptarse, poco a poco voy conociendo mejor mi entorno. Como ya he mencinado otras veces, en mi clase somos un huveo -con perdón- de gente. Está claro que ocho días no bastan para conocer a aproximadamente 80 personas a fondo, ni siquiera a una sola, pero sí puedes entablar conversaciones banales para acercarte a los compañeros.
Yo, en mi personal investigación del medio que me rodea, he hablado ya con, calculo, una veintena de estudiantes, con cada uno de cosas diferentes. De esa veintena, tengo mi pequeño C.C. (círculo cercano) y, después, todos los demás. He de añadir que las pandillitas se han formado extremadamente rápidas y se perfilan con bastante nitidez: básicamente ya todos tienen a quien acudir y los grupos digamos que "se van cerrando". De entre la multitud hay algunas pandis que puedo destacar:
-Las góticas: formado por cuatro o cinco chicas que -aunque no góticas del todo- cumplen bastantes caracterísitcas de este estilo: pelo negro, ojos negros, ropa negra, uñas negras, piercings y colgantes rarunos...
-Los pijos-cool: grupo interesantemente numeroso. Parecen los típicos populares de las películas: chicos con el flequillo de lao (hay uno que parece Angy, la de Física o Química esa, lo juro O_O ), chicas con pitillos, pulserotas y lacitos -colmo de la elegancia ¬¬- y cierto ambiente de buenrollismo fingido. Huelga decir que, a mis ojos, ese grupo rezuma falsedad e hipocresía, sigo pensando que los pijos no tienen en sus cocorotas perfumados cabida para un cerebro equipado de más de tres neuronas, por muy universitarios que sean.
-Las pijas-mirar-pero-no-tocar: más altivas aún si cabe.
-Los hippies-siniestros: van con ropa acampanada y coletas, tienen aspecto de verdes y de bohemios, pero se dan un aire inconformista que reflejan en sus vestimentas oscuras (en plan, negro y morado o por el estilo).
-Y mucha gente suelta por ahí -incluso algún que otro despistado-.
Luli, cómo no, ya ha dado la nota. Ayer, en un momento en el que todos -milagrosamente- estábamos callados, de repente oigo -bueno, se oye-:
-Muuuu! Muuuu! Muuuu!
Sí, señores, ¡¡¡sí!!! Nunca me llama nadie y justo en ese momento a alguien le da por mandarme un sms, hombreee. Después de las risas de los compañeros y de la mirada sorprendida del profesor (arqueó las cejas como diciendo: "estooo... ¿vale?"), desconecté rápidamente el telefonito, más roja que un tomate.
Y para gente que da la nota... jeje, hay alguien que me supera.
El listo.
Sí, lulilectores, en mi clase hay un listo. Un chaval que en todas -repito: en TODAS- las clases hace una pregunta/barra/comentario. En una clase en la que no meta cucharada es como, no sé, algo raro: un verano sin piscina o una navidad sin regalos... ya sabéis. Pero es que además el tío hace preguntas tremendamente inteligentes: los mismos profesores se le quedan mirando pensativamente y dicen:
-Hm... buena visión del concepto, estoy de acuerdo, después pasaremos a eso.
Yo, cada vez que le oigo, me quedo pensando: "¡Ostris, pues el tío tiene razón! Nunca se me habría ocurrido a mí" Y es que es verdad, je, mi mente neanderthalensis no da para tanto. Si yo muchas veces copio las palabras del muchacho este como parte de la explicación, fíjate tú.
Un ejemplo ilustrativo del culto conocimiento de la persona esta:
Hoy mismo, el profesor de Historia estaba apuntando un esquema en la pizarra. En dicho esquema aparecían unas curiosas siglas que, a pesar de que me eran desconocidas, he copiado obedientemente. La abreviatura en custión: "a. n. e.". Justo cuando me disponía a preguntarle a la de al lado si sabía lo que significaba, oigo detrás de mí:
-Yo tengo una pregunta: Cuando usted pone en la pizarra "3.000 años antes de nuestra era" se refiere a la era cristiana o a la era... -no se qué más ha dicho.
Vamos, que eso que me ha ahorrado, juas ¬¬
Es un chaval alto y tiene cara de inconformista nato, siempre está entre ceñudo y taciturno, sólo ríe de las ocurrencias inteligentes y no hace chiquilladas como algunos otros sujetos con los que he tenido ocasión de tratar. No parece el típico empollón -más bien lo he visto entre los pijos-cool-, pero al parecer eso no es suficiente para algunos. En el momento de la pregunta he tenido la oportunidad de observar cómo dos chicas emos de delante ponían el grito en el cielo.
-Míralo, el listo, ya está otra vez...
-Es que en todas, ¿has visto? En todas...
Ja, ja, mi clase promete.
Ya os iré contando.
Besazzos.
*Luli*
4 comentarios:
¡Hola! Acabo de leer tu comentario...
Muchas gracias por lo que me has dicho, de verdad. Vaya unos adjetivos... ¡me has alegrado la noche! jeje
Y sigo. El final de "El niño con el pijama de rayas" es previsible, claro, pero tanto como cuando Caperucita entra en casa de la abuela y es un lobo travesti. Es la magia de los cuentos jejeje
Tu recomendación... en cuanto tenga un hueco me lo saco de la biblioteca! :)
He estado leyendo un poco de tu blog y me ha gustado mucho, sobre todo lo referente a la Universidad porque yo también escribo sobre todo eso y me hace gracia. Con esta entrada en especial, eso sí, me he descojonado. Cada uno de tus personajes tiene un representante en la mía, todos y cada uno de ellos.
Y mi momento vergonzoso... Ayer una chica de momento se fue al suelo (y eso que estaba sentada, no tiene explicación) y nadie se dio cuenta. Cuando se levantó con un corte en la espalda se montó el escándalo. No había ni una intuición de silencio hasta que una chica me dijo "es que se ha caído respetuosamente" y mi carcajada se escuchó en tres metros a la redonda, rompiendo el repentino silencio.
Ya acabo, que te voy a hacer leer mucho. En cuanto he leído "au cacau" he pensado que eras de Valencia o alrededores porque desde que mi hermana se fue a vivir allí lo dice mucho =P
Taluego! Besos.
Hola Teresa!
Me alegro de que te guste mi blog, tiene mérito porque sólo son ralladas mías ¬¬
En cuanto a lo de la chica esa que se cayó... je, no te preocupes que yo también me hubiera descojonado en tu lugar; quiero decir, nadie se la pega "respetuosamente", un batacazo es un batacazo y hay que aceptarlo aunque sea vergonzoso.
Sí, lo de "au cacau" es una expresión Valenciana, aunque yo no soy de la capi, en mi pueblo se usa mucho.
Y... nada más, gracias por leerme, yo volveré a pasarme por tu página seguro porque me he enganchado.
Hasta aquí, pues.
Besazzos! =)
Hola, me da la sensación de que el listo y tú teneis cosas en común. No se, sois diferentes al resto, tú también eres muy inteligente, sois poco gregarios en general, aunque tengais vuestro circulo...Quién sabe...
Te felicito por tu etapa Uni-Luli. Ya sabes que siempre te leo, aunque sea callado, no voy a hacer como el listo, que siempre "mete cucharada", je, me gustó esa expresión.
Uni-besos.
¿De verdad, Joseph?
No sé, a mí el listo me parece como muy... eh... "huraño", yo soy más cercana (también en la vida real, eh? ;P ), pero en fin...
Lo de la expresión... sí, bueno, es literal del valenciano: clavar cullerà.
Juas ;)
Besazzos
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