Queridos lulilectores...
Hace un rato, en la mesa, mi madre ha sacado gelatina de la nevera porque no quedaba postre y ella ha decidido hacer algo diferente. Nos hemos alegrado bastante, porque hace mucho tiempo que no la probábamos, y le hemos hincado el diente con avidez.
Yo, solemne, me he quedado un rato mirándola antes de proceder a su consumo: sus formas sinuosas, su inestabilidad. La he tocado con el dedo y ella se ha tambaleado de esa manera tan característica propia de las gelatinas en general. Y ha surgido la pregunta.
¿Qué es la gelatina?
Yo, que destaco -entre otras cosas- por mi escaso interés culinario y elementos relacionados, tenía una vaga noción de los componentes: sabía que la gelatina son unos polvos que se mezclan con agua y que, después, en la nevera se hacen consistentes al cabo de un rato de estar reposando. Ajá. Dos más dos son cuatro. Simple, claro y conciso como la vida misma.
Pero entonces, mi madre ha empezado a hacer caras raras, del tipo: "pues no quieras saberlo". Y, claro, mi curiosidad ha aumentado notablemente; he comenzado a insistir y a insistir, lanzando hipótesis al aire: ¡no llevará ajo! ¡o cebolla! ¡o tripas de cerdo! ¡o potaje! ¡o lengua! ¡o hígado! ¡o serpiente! ¡o perro! ¡o murciélago!
Y mis padres (los dos) esquivando, al principio, las preguntas; y después contestando estupideces intencionadamente, del tipo: es lo más horrible que te puedas imaginar. Aunque no lleva pelos (?). O, también, "a ti seguro que te hará muy poca gracia, pero a tu hermana menos aún". Y, tras meditar durante un segundo, he pensado que podría ser alguna fruta que a ella no le gustara en absoluto.
-¡Manzana!
Y se han empezado a reír. "Eso, eso, manzana. Es manzana" .
Ahí me he enfadado casi de verdad, porque era evidente que se estaban cachondeando de mí y no me lo querían decir. Mi madre alegaba que "nunca más volvería a comerla, y que era mejor que no lo supiera". Ante mi terco ceño fruncido, ha terminado suspirando: "Míralo en Internet".
¡Vaya si lo he hecho! ¿Sabéis? Ahora ya sé qué es la gelatina.
... ahora ya sé qué es la gelatina.
Hm...
La verdad es que muy agradable no es. Ahora que lo pienso... quizá hubiera sido mejor no averiguarlo. Sí, decididamente hubiera sido lo mejor. Bueno... pero una no puede vivir siempre en la inopia, ¿no? Hay que afrontar la realidad.
Y, aunque para mí no ha sido una bonita revelación, yo no reaccionaré igual que mis padres. Hay que predicar con el ejemplo. Os diré qué es la gelatina, aunque os daré la opción de no leerlo si preferís seguir siendo felices.
Aquí la solución al misterio de la gelatina:
(ATENCIÓN: LOS QUE PREFIERAN NO SABERLO QUE DEJEN DE LEER EN ESTE PUNTO, CON SENDOS BESAZZOS COMO DESPEDIDA)
(Sacado de una página web culinaria) La gelatina es una proteína que se obtiene a partir de la cocción de huesos de animales y tejido conjuntivo. Contiene colágeno en agua o ácido diluido.
¿Qué? ¿Cómo se le queda el cuerpo a uno? Ya os dije que no era agradable.
Pero bueno, aunque ahora la mire diferente... sigue estando igual de rica. Aunque quizá tarde en volver a comerla, juas.
¡Besazzos!
*Luli*
2 comentarios:
Buah qué ascazo XDDD
Menos mal que no me gusta la gelatina y sólo he comido como tres veces en mi vida jajajajaja
Bueno, si nos ponemos a pensar, comemos cosas taaaaan asquerosas...
^^
Lo que yo decía...
Pues lo mejor es que luego mi madre se pensaba que la gelatina eran cartílagos de pescado... no sé yo si tendrá razón o qué.
Mejor no pensemos, Teresa, mejor no pensemos XD
¡Gracias por pasarte! Kizzes!
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