Queridos lulilectores...
Hay cosas que te hacen reflexionar en la vida. ¿Recordáis cuando hablé sobre Amèlie? Hoy -ahora- acabo de ver otra de esas películas que, por alguna extraña razón, te dejan huella. La película en sí es una pastelada americana para adolescentes, se llama The Perfect Man, con Hilary Duff, acaban de echarla en Canal 9, pero tiene... ese algo.
Aparecen esos valores tan interesantes que alguna vez he comentado. Habla sobre las relaciones entre las personas: ¿huir es la opción correcta cuando alguien te hace daño? ¿Cómo reunir el valor necesario para afrontar los problemas, las preocupaciones, los miedos? ¿Cuál es el camino correcto a seguir? ¿Cómo encontrar ese camino?
¿Sabéis? Hoy me apetece hablar de la felicidad. ¿Qué es la felicidad? ¿Quién es feliz y quién no? ¿Dónde está la línea que separa estos conceptos? ¿Qué es necesario ser para ser feliz? ¿La felicidad es un fin o es un medio? ¿Soy la única tonta que se hace estas preguntas o solo soy una más del montón, del enorme montón, que no hallan las respuestas de estas preguntas?
Muchas mañanas me levanto, me miro al espejo y me digo: soy horrible. Si tuviera la espalda más estrecha y la nariz más fina, sería perfecta. Si fuera perfecta podría llevar esa ropa que tanto me gusta: camisetas pequeñitas de tirantes que tan bien les sientan a los maniquís y a las chicas finitas, pero que a mí no me favorecen. Si pudiera llevar toda esa ropa y fuera más mona de cara, sería más atractiva, podría presumir de ello. Llevaría peinados pijos, quizá me lo tendría un poco creído, me sentiría guapa y popular. Pero, como no tengo nada de eso, me sigo viendo horrible.
Sin embargo, muy pocas veces me paro a pensar: ¿Eso que quiero realmente me haría más feliz? ¿Ser guapa y popular es el equivalente a ser feliz? No, me contesto, hay muchas chicas que son guapas, ricas y famosas y tampoco son felices, eso lo sabe todo el mundo, no hay que ser tan ingenuo. Pero esto, en vez de tranquilizarme, me inquieta todavía más.
Yo comprendo que una persona que vive, pon por caso, en Nigeria, que no tiene un techo bajo el que vivir, que no tiene agua ni comida, apenas tiene ropa, vive en la más absoluta miseria, tenga que alimentar a sus hijos (o venderlos para poder comer), que contraiga enfermedades... en fin, comprendo que no sea del todo feliz.
Pero entonces... una persona que lo tiene todo, o que, al menos, tiene todo lo que en Nigeria la mayoría de la gente no tiene, posee dinero, una familia, amigos, cierta reputación, el coche... esas cosas materiales que mueven nuestra sociedad; si esa persona no es feliz... ¿por qué es?
Yo, por ejemplo, tengo un montón de cosas.
-Tengo un ordenador portátil de uso personal.
-Tengo un teléfono móvil, una cámara de fotos y un iPod nano de 4GB.
-Tengo una habitación propia con balcón.
-Tengo montones y montones de libros.
-Tengo ropa y un armario con espejo (el de mi hermana no tiene espejo).
-Vivo en una zona con buen clima, cerca de la playa.
-Tengo amigos y una familia que me quiere.
-Voy a la universidad.
-Soy trilingüe.
-Entre otros.
No obstante, no me considero una persona feliz. No me despierto por las mañanas con una sensación de paz que me permita estar en armonía con el mundo. Más bien, cada vez vivo más y más frustrada, por cualquier tontería me enfurruño. Este año, por ejemplo, me he sentido muchas veces terriblemente desdichada por no poder vivir en un piso en Valencia. Quería cambiar de aires deseperadamente, largarme de mi pueblo, ir fuera. Ansiaba una mayor autonomía, más libertad.
El Señor D, tan simpático él, se rio en mi cara. Me dio con la puerta en las narices y tan contento. Adiós, muy buenas, yo no te conozco y si te he visto no me acuerdo. ¿Y qué hice yo? ¿Acaso me alegré porque, al fin y al cabo, había entrado a la primera en la carrera que quería sin ninguna preocupación, sobrada de nota, cuando otros se habían tenido que quedar fuera porque no quedaban plazas? ¿Acaso me conformé con quedarme en casa donde, después de todo, mi madre hace casi todas las tareas domésticas, cocina y vivo sin más molestias de las habituales?
Noooo, habéis acertado todos. Empecé a quejarme y a compararme con otros. Por ejemplo, con Sujeto B, la chica que una vez puse a parir y que parece que haya vivido toda su existencia en un cuento de hadas. Yo había estudiado más que ella en Bachiller, tenía mejor nota, me había sacrificado más, tenía ochos donde ella sacaba cincos o seises. Y, sin embargo, ella ahora vive tan contenta en un piso con una de las chicas con las que iba a vivir yo (para más inri), está superfeliz con su supercarrera y, además, no le importa restregárselo a quien convega por los morros. Pero no solo es eso, había un montón de cosas más que no eran de mi gusto, a saber: ir y venir en tren todos los días, tener que levantarme dos horas antes que el resto de mis compañeros, no poder ir a las fiestas y cenas sin tener que depender de alguien, tener que seguir soportando a mis padres y a mi hermana...
Volvemos a lo de antes: si estuviera en un piso y no tuviera toda esa parafernalia de la que despotricar... ¿sería feliz entonces? ¿O, conociéndome como me conozco, encontraría otros cien motivos más para sentirme insatisfecha? De nuevo, opción B.
Hm... por lo visto, pues, no se trata de tener cosas. ¿Tal vez el amor tenga algo que ver? Una amiga mía -aunque vive en el País de las Maravillas- cree que la felicidad solo se puede conseguir si estás enamorada. Perdón, corrijo, si estás enamorada no. Si tienes novio. Su mundo gira en torno a los novios. Recuerdo que, cuando estaba soltera, se pasaba las largas horas que charlábamos por teléfono repitiendo que su vida era una mierda porque estaba sola. Yo todo era decirle que no estaba sola, que tenía una familia, amigos con quien hablar, que la escuchaban, que la apoyaban. Y ella, obstinada, que no, que estaba completamente sola. Que las chicas con novio siempre tenían alguien a quien llamar para que les hiciera compañía, para que las mimara. Me puso de ejemplo a todas nuestras amigas de la pandilla. Ajá. Bien. ¿Y?
Ahora ella tiene novio y se ha sacado el carné de coche (a la cuarta, esa es otra de las grandes cosas que afectaban a su felicidad). La última vez que hablé con ella parecía como si flotase en una nube. La habían cogido como cantante en una orquesta (Ella ya ha triunfado*), para colmo, y estaba supercontenta con el planeta, con sus habitantes y demás milagros. Me dio una envidia cochina escucharla, después se me pasó y estuve reflexionando largo y tendido sobre ello. Vale, tiene novio, pero el novio siempre la está maltratando, me dije, la hace sufrir y muchas veces me llora por teléfono contándome la última. Y se va a dejar la carrera porque quiere estudiar magisterio. En vez de aprovechar el año, se pasa la vida en la calle, fumando porros y dando vueltas en el coche. Es inculta e ignorante, aunque inteligente, eso sí. Es escandalosa. No recuerda que su vida antes estaba vacía, exageradamente vacía, porque estaba sola, y ahora está ¿exageradamente llena?
¿Sería yo feliz si tuviera un novio? Yo, lo último que tuve relacionado con los "novios" fue un rollo de una noche que me desmontó todos los esquemas y que ahora me carcome día y noche el cerebro. Es más, por mucho que ahora El Listo se dejara a su pava novia y se viniera conmigo, tampoco lo disfrutaría porque sé que es un cerdo traidor, y no podría vivir tranquila, siempre estaría pensando mal de él, lo cual no creo que contribuya mucho a ser feliz. Bueno, en contraposición mi hermana está enamorada y se la ve más contenta desde hace unos meses. Quizá influya. Pero no creo que sea un factor decisivo.
Entonces... ¿cómo demonios se es feliz? Yo supongo que mi mayor problema está en que tengo un modelo equivocado de la felicidad; la literatura, las películas, las influencias externas nos han inculcado un falso ideal sobre la verdadera esencia de la felicidad. Entre todos le han dado forma a esa palabra y, por ello, nos vemos obligados a creer que, de hecho, es así. Todo lo que no se ajusta, no es felicidad. Si no eres guapo, no puedes ser feliz. Mucho menos si no eres rico. Si no tienes piso en Valencia, si no tienes novio, si no tienes carné de conducir, no eres feliz. Y, lo que es más, tienes que asumirlo. Parece que el mundo entero me está gritando: ¡¡¡QUE TÚ NO TIENES DERECHO A SER FELIZ!!!
Pero... ¡es que quiero ser feliz! Ahí está el quid de la cuestión. Quiero ser feliz a pesar de no tener ni piso, ni dinero, ni belleza, ni novio, ni todas esas monadas. Esto, literalmente, significa que, como no soy feliz porque no tengo ninguna de esas cosas, quiero aprender a serlo a pesar de ello. Que alguien me muestre el camino, el modo.
La felicidad está en las pequeñas cosas... salta mi padre. En el día a día. En las personas que te rodean. Mentira. Eso me suena a hueco. Sí, porque lo pienso y, de nuevo, llego a tristes conclusiones. ¿Acaso soy feliz cuando mi madre me dice "pon la mesa"? No. ¿O cuando estoy recogiendo la ropa tendida? Tampoco. Y, si lo soy, no me entero. A lo mejor es eso. No sé apreciar la felicidad cuando la tengo delante de los morros.
¿Eso quiere decir que la felicidad entonces no es ese sentimiento grandioso y puro que te hacen ver en las peículas? ¿Que, en realidad, la felicidad es tan ínfima y discreta que no somos capaces de percibirla cuando se presenta? ¿Es felicidad, por ejemplo, la ilusión que me hace ir a Torrevieja este fin de semana? Pero... en ese caso... ¿es infelicidad la rabia que me da el hecho de que ahora le haya dado al tiempo por llover? ¿Es felicidad un rato de risas con amigos? ¿O ver una película ñoña que te toque la fibra? ¿O tener pan y agua cada día sobre la mesa? ¿O, más abstacto aún, dar las gracias a la vida?
Quizá, si alguien ha contestado que sí a estas preguntas, deba plantearme otra más: ¿Somos todos felices pero estamos tan ciegos que no sabemos valorarlo? ¿Es más feliz el nigeriano, en su miseria, que la supermodelo rica y famosa? Si así es... ¿cómo lo ha logrado? ¿Cómo puedo lograrlo yo? ¿Cómo ser feliz o, si lo soy, darme cuenta de ello? ¿Ser feliz es mi objetivo? ¿Y qué haré cuando sea feliz? ¿Se me acabarán los problemas? ¿Ser feliz significa no tener preocupaciones? ¿Mi vida cambiará con la felicidad? ¿En qué aspectos? ¿Por qué?
...
¿Y tú? ¿Tú eres feliz?
Besazzos,
*Luli*
* Ella ya ha triunfado. Consultar la entrada para más detalles. También sirve la de Me altero. Tratan de la misma persona.