martes, 29 de enero de 2008

Un mal día


Hoy he tenido un mal día.

No sé por qué, pero me da la sensación de que cuando tienes un mal día, pues lo tienes desde el principio hasta final. De la alfa a la omega, de la A a la Z. No vale tener medio día pésimo, no, el Señor D (Destino, recordad) decide que tiene que ser entero. Se ve que él también se levanta con el pie izquierdo y decide pagarla con alguien (y, ya que estamos, pues... hm... ¿por qué no yo? Si, total, a alguien le iba a tocar).

En fin, hoy he sido yo la elegida y me he tenido que aguantar. Sin embargo, ahora, haciendo balance a altas horas de la tarde, pues creo que he empezado bien. Me he levantado a las siete porque tenía que repasar para un examen del Románico que tenía hoy (normalmente me levanto a las siete y veinte) y he ido al instituto, todo normal. Icluso he salido feliz como un regaliz del examen, me ha dejado buen sabor de boca.

Las desgracias han empezado a la hora del almuerzo, porque mi madre me había puesto un bocadillo de mortadela (detesto la mortadela) y un pelo. ¿Un pelo?, os estaréis preguntando muchos. Sí, habéis leído bien: me había puesto un bocadillo con mortadela y un pelo. No sé si habrá sido a propósito o que (hombre, imagino que no), pero la cuetión es que, cuando he abierto el pan para sacar la mortadela, pues me he topado cara a cara con el pelo. Nos hemos mirado fijamente durante unos instantes (bueno, lo miraba yo a él, los pelos no ven) y al cabo de un rato he decidido tirarlo. Total: que me he comido el pan solo.

Cuando he llegado a casa, las desgracias han seguido. Mi hermana la V y yo hemos empezado con la típica pelea de quién quita la mesa y, a lo tonto y como quien no quiere la cosa, hemos acabado estirándonos de los pelos. Bueno, preciso, yo he acabado con el brazo derecho completamente magullado (me ha arreado ocho o nueve zarpazos, la tía) y ella está limpia como un bebé. Ni siquiera he podido devolver los golpes porque:

1) Mi padre estaba "durmiendo la siesta" (u intentándolo).

2) Cada vez que le pego me la cargo, aunque a ella no suelen reñirla tanto porque, como yo soy mayor, se supone que debo tener "más conocimiento".

Entonces hemos empezado a romper cosas y yo le he pisoteado los botines con rabia (pero NO he saltado sobre ellos, como afirma mi P-A [progenitora]). A pesar de eso: a mí ma han regañado más por haberle pisado los botines que a ella por haberme hecho sangre en el brazo. De todas formas, si hubiera sido al revés (que yo le hubiera hecho sangre a ella en el brazo y que ella me hubiera pisoteado los botines) pues también me habría llevado yo la principal bronca. Claro, como son sus botines preferidos...

En cambio, del muñequito verde que hice yo con todo el cariño y que le di a mi hermana porque ya no lo quería, nadie se acuerda. V lo estaba rompiendo delante de mis morros diciéndome que era horroroso, a lo que yo le digo:

-¡Antes de romperlo, devuélvemelo!

¡Pues no! Coge y lo rasga por la mitad. Ahí es donde yo, sumando mi cabreo a las múltiples heridas de mi brazo, me ato los cordones de los zapatos encima de sus amados botines de Zara. Y luego, cuando vuelvo del instituto (que mis amigas ni se me han acercado de la mala ostia -con perdón- que llevaba), mi madre me pega la charla y me regaña porque está la marca de polvo que he dejado con los zapatos en los botines de las narices.

-¡Y que sepas que esto no va a quedar así!

Más gritos, más voces y al final me suelta que no vuelva a cruzarme en su camino durante el transcurso de lo que queda de día. Pues vale. Cojo la correa de Rita-perrita y la llevo a pasear donde voy siempre: la calle de detrás de mi casa, que la hicieron nueva hace dos años y que es la última calle del pueblo, conectada directamente con los huertos. Por ahí nunca pasa ni Dios, sólo de vez en cuando van por ahí los macarras a fumarse algunos porros d'estrangis, y algún que otro coche. De hecho, creo que ese camino sólo sirve para que la gente pasee a sus perros y haga footing, porque últimamente veo a bastantes personas volcadas en la tarea. Por eso muchas veces llevo a Ruch suelta, como hoy.

Pues nada, me cruzo con una señora (a cuya hija conozco, para más inri) que lleva un perrito chiquitín, conocido de la mía. La mía está en actitud juguetona, le da un golpecito cariñoso al otro, y entonces la tipa va y me suelta:

-¡No veo por qué tienes que llevar a esa bestia suelta por ahí! Debería estar atada.

Buf. Por poco no le digo: "Señora, se equivoca, la bestia soy yo en estos momentos." ¡Pero si mi cosa es un trocito de pan, más boba que boba! Es la perra más inocente del universo, más cariñosa, más simpática y más guapa de todos los canes. Un auténtico sol, y no es porque lo diga yo, es que todos los que la tienen la suerte de conocerla están de acuerdo. Lo que pasa es que es un poquito grande, pero no mucho, en serio. Es un bóxer medianito.

-Porque no hace nada.

-No hace nada, no hace nada... Yo eso no lo puedo saber -pocas veces me han mirado tan despectivamente como esta tarde.

Yo, como no estaba caliente ni nada de la bronca con mi madre, pues voy y le suelto:

-Ya, pero es que yo sí que lo sé: mi perra no hace nada. Si fuera una asesina la llevaría atada y con bozal, pero resulta que no lo es.

-¡Con lo grande que es! Pueden pasar niños por aquí -y dale.

NUNCA he visto ni un solo niño en esa calle, en dos años. Pero nunca.
Empiezo a hartarme y la miro impaciente:

-Señora, tranquila que no hay niños.

-¡Tu eso no lo sabes! Puede haber niños y perros y viejos y todo.

Sí, viejos como usted, cincuentona insolente.

-Cuando voy por el paseo siempre la ato, tranquila, lo que pasa es que aquí pues aprovecho porque no suele pasar mucha gente.

-¡Eso! ¡Un perro tan grande debería siempre ir atado, así que ponle la correa inmediatamente! ¡A ver si se le van a cruzar los cables!

Con usted, no me extrañaría.

-¡Que no le pongo la correa, señora!

-Esto no puede ser, debería denunciarte... -la señora se va, refunfuñando.

¡Vieja chocha! A mi malhumor se le suma otro enfado más. Estaba tan furiosa que la he pagado con la pobre Ruch y le he puesto la correa y todo cuando se ha ido de mi lado. No me habrá perdonado, ella es una alma libre.

La cuestión... luego de eso me he ido a la autoescuela, pero estaba tan molesta que no se me ha pasado la rabia en toda la tarde, y ahora simplemente estoy como apagada, tristona. Seguramente después tendré que enfrentarme de nuevo con mi padre (que seguro que tiene mucho que decirme, porque cada vez que no duerme la siesta se cabrea) y con mi hermana, a ver cómo "arreglamos" el tema de los botines (a mi brazo y al muñeco que les den). Creo que debería ponerme la antirrábica por si acaso, a saber lo que llevará V entre las uñas porque siempre las trae negras.

En fin... con todo esto llego a la conclusión de que la Ley de Murphy se cumple: si algo va mal, puede ir peor. El día de hoy ha sido desastroso, fíjate tú que lo mejor ha sido el examen... Paradojas que plantea la vida. Además, la gente de mi alrededor parecía súper contenta, no sé, parejas cogidas de la mano paseando, mis amigas riéndose de todo... Pero mira, hoy me ha tocado a mí y tal vez mañana ya no, así que sólo me queda desearos que, si os pasa que alguna vez os levantáis con el pie izquierdo, que no pasa nada.

Un mal día lo tiene cualquiera.

Besazzos,


*LuLi*

viernes, 18 de enero de 2008

Hoy no


¡Hola!


Estaba conectada en Internet, echando un vistazo en el foro de Laura Gallego, y de pronto me he dicho... bah, voy a hacer la típica entrada chorra que escribo cuando no me ha pasado nada emocionante, y sólo tengo intención de actualizar (recordad que me lo propuse). Y nada, aquí me tenéis, "buscando información" para un trabajo que tengo que presentar este lunes y que, como buena vaga que soy, aún no he empezado.


Esta mañana me he levantado con buenos propósitos, me he dicho: pasaré la tarde haciendo el trabajo, pero, sinceramente, he llegado a casa molida y cuando me he levantado de la siesta he pensado: "hoy no, lo siento, soy incapaz". La cuesta de enero, qué queréis. Es duro, y esta última semana se me ha echo insoportablemente larga, aunque por una parte ha estado bien, porque dos de mis profesores (Sujeto P, el profesor de Geografía e Historia del Arte -que se merece una u varias entradas para él solo, porque es todo un personaje-, y Sujeto E, la de Historia A Secas) han traído consigo practicantes. O, lo que es lo mismo, estudiantes que han acabado la carrera y están haciendo prácticas.


Son dos mujeres, una bastante sosilla y otra que tiene la cara muy rara (y que tiene un nombre gracioso: Fernanda -digo el nombre porque da igual, Fernanda no va a leer este blog-), con una expresión como demasiado alegre para ser profe de Historia. Aunque no hacen nada, se pasan las clases sentadas y mirando... bueno mirando. Me explico.


Fernanda siempre sonríe. Se pone en la mesa del maestro, la mesa grande, por orden de Sujeto E, y le ríe todas las gracias. La otra chica, que no me acuerdo ni de su nombre, se sienta al final -pero al final del final- de la clase, es decir, en el quinto ostio, porque mi profe de H.Arte y Geografía pasa de ella igual como pasa de nosotros, y más de una vez la hemos pillado dormitando (es lo que tiene, no está acostumbrada a tratar con él).


La única emoción del asunto reside en que nosotras (es decir, mis compañeras y yo), nos hemos inventado una historia de amor entre la Practicanta Aburrida, como la llamamos y mi profesor (que es, como ya he dicho, inventada, porque resulta que mi profesor lleva dos anillos de casado en el anular -viudo y recasado-). Es lo único chachi que rodea a la tipa esta, la historia que nos hemos inventado sobre ella, porque por lo demás es tan rematadamente sosa...


Y, bueno, de momento es todo, pero no os preocupéis porque cuando a luli le pase algo ya os lo contará, como hace siempre.


Besazzos,


*Luli*

lunes, 14 de enero de 2008

La lisssta


Hola a todos!

Bien, me gustaría dedicar la entrada de hoy a la lisssta de Sujeto I (de idiota, imbécil, similares...). Tengo que contaros antes que nada un poco la historia. Sujeto I y yo éramos uña carne durante la infancia. Fuimos como una sola persona hasta que, a los doce años, nos enfadamos a muerte y, desde entonces, no hemos vuelto a dirigirnos la palabra. ¡Ala, qué fuerte!, os estaréis diciendo. Sí, lo siento pero la vida a veces es así. Bueno, la culpa fue de una tercera persona (una amiga-metomentodo-muerta-de-hambre), que se coló entre nosotras y acabó por dividirnos. Naturalmente, es mucho más complejo que todo eso, quiero decir, faltan los pequeños detalles que aburren a cualquiera (y de los que, como podréis suponer, ni recuerdo) pero en resumidas cuentas os aclaro que ellas dos acabaron super unidas (hasta hace poco las llamaban lesbianas) y yo me separé para siempre. Intenté arreglarlo con Sujeto I una única vez (a la otra como si la parte un rayo ahora mismo), pero a la vista del éxito logrado, desde entonces la trato como aire. A ella y a la otra, a las dos. Bueno, como aire sucio, mejor dicho. No es lo mismo: tratar a alguien como aire es ignorarlo, pero tratar a alguien como aire sucio es, a parte de ignorarlo, apartarte como si tuvieras una bomba fétida bajo las narices. Lo aclaro más que nada por si alguien no lo tenía claro (je).

Ah, ni decir que ellas a mí me tratan igual, por lo que, dentro de lo que cabe, aceptamos nuestra mutua coexistencia varias veces a la semana (vamos a la misma pandilla de veintipico personas). Qué, tampoco es plan de matarlas a balazos, eso no se hace. Esto no es Estados Unidos, es una sociedad civilizada (si alguien sabe de alguien que venda bazookas que me deje un mail desinteresadamente, ya sabéis mi dirección... jeje, es broma, joé, todo hay que explicarlo ¬¬)

En fin, pues el destino ha querido enfrentarme a estas dos muchachas (Sujeto I y La Otra) en todo porque resulta que a La Otra le gusta escribir. Y a mí también, jeje, como habréis notado. Mi próximo reto es machacarla en el Certamen de Concursos Juveniles Literarios de la Valldigna, es decir: quedar delante de ella. No es lo mismo "ganar el concurso" que "quedar delante de ella". "Ganar el concurso" es un concepto fijo: quedar la primera. "Quedar delante de ella", también: si ella queda última, yo, penúltima. Con eso me doy por satisfecha.

[Por cierto, me veo obligada a abrir este paréntesis con bastante urgencia porque quiero que sepáis que voy a presentar al concurso la entrada de "Cuand tus padres se emborrachan", pero resumida. Es que sólo admiten 5 pags como máximo por participante -ya vesssss, con cinco páginas no tengo ni para un prólogo, pero mira. La entrada original ocupa como unas 10 pgs, y he tenido que suprimir la mitad -y ponerlo a letra 11 de Times New Roman, que es más pequeña; espero que no me pillen- pero todo este rollo viene a que, si me la publican, tal vez me vea obligada a retirar la entrada de Internet, para evitar plagios o problemas. No estoy segura (para empezar no sé ni si me la publicarán, estoy fantaseando), pero me gustaría recibir algún consejo al respecto. Bueno, cierro paréntesis]

Como iba diciendo, el Señor D (de destino), como lo llamaré a partir de ahora, quiere que me pase la vida odiándolas. Es que es matemático: cuanto más las veo, + las odio. Resulta que voy con Sujeto I a clases particulares de inglés (que es donde realmente aprendo, porque en el instituto no enseñan ni una mier**). Con ella y con nadie más. Si lo pensáis bien, tiene su lógica porque, como de pequeñas íbamos juntas a todas partes (la gente se pensaba que éramos hermanas), pues nuestras madres nos apuntaron juntas a inglés. Ambas tenemos un buen nivel de dicho idioma (no es por tirarme el pisto, es que es la verdad) pero, como yo soy bilingüe (alemán, recordad) pues el inglés me resulta más fácil todavía: hay muchas similitudes entre ambos idiomas.

Bien, parece ser que a la señorita Sujeto I le rebienta (así, con todas sus letras: le R-E-B-I-E-N-T-A) que yo la supere en algo. ¿Por qué? Por que es una lissssta. Sí, señor. Es la típica chica 10: rubia, ojos azules, buen tipito, curvas y, ante todo, tremendamente lisssta. Empollona donde las haya. Saca 9 y 10 en tooodas las asignaturas (una vez que le pusieron un 7'5 en Biología lloró tanto que los que habían sacado un 3 casi saltan hacia la fila de delante a pegarle un puñetazo en los morros. Cuando me lo contaron estuve como tres días riéndome sin parar, y la siguiente vez que tuvimos clase me pasé la hora entera canturreando: "¡uno más uno son sieteee... quién me lo iba a decir"). Es, además, tremendamente pánfila (y no es porque lo diga yo, que me cae mal, sino que en esto todo el mundo que la conoce -menos La Otra- está de acuerdo, estoy siendo objetiva). Palurda perdida. Se ríe sólo con sus "propias gracias inteligentes" y chistes tipo: "¿Qué sale si mezclas pentametracrilato cáustico con ácido hiponimisódico? ¡Cloruosulfato bromínicoestannico! ¡Jajajajaja!"* Y eso, que, a pesar de ser tan perfecta (o precisamente por eso), pocos la aguantan.
Además, como buena chica 10, tiene un novio rubio, alto e igual u más de empollón que ella. Todas mis amigas y yo estamos de acuerdo en que, para tener un novio así, es mejor casarse con un perro o, mejor todavía, no casarse. Porque resulta que su novio es FEO! Más FEO que... ¡¡¡FEO!!! Y a mí me da miedo, de verdad. Ella dice que le quiere mucho, pero no debe quererlo tanto porque cuando van por la calle cogidos por las manos y se encuentran con alguien conocido, ella en seguida suelta su mano. Conclusión: se avergüenza de él. Y mis amigas son testigas visuales de los hechos que os estoy relatando, recordad.

La cuestión, que el Señor D me está poniendo a prueba en este reto que es la vida y me ha destinado a su mismo grupo de inglés que, además, no contenta con eso ENCIMA tengo que acoplarme a SU horario, porque es Doña Ocupada y cuando no tiene conservatorio en Valencia tiene piano en Gandía y cuando no, tiene flauta en Denia y cuando no, tiene trombón en Madrid y cuando no, tiene gaita en Paraguay. Y cuando tampoco, tiene la madre que la parió mil veces en su tierra natal, que es Siete Aguas de sus ojos. Parece ser que Sujeto I lleva una vida con dos caras, porque al parecer, todo lo palurda e insociable que es en mi primitivo poblado, lo es de guay y de popular en su gran metrópoli de Siete Aguas (que, seguramente tiene Siete Casas, una por chorro, y arreando que es gerundio). Allí aumenta su faceta perfecta más aún si cabe: dicen los que han hablado con ella que en Siete Aguas los cuatro chavales pringaos que han tenido la mala pata de nacer en aquel antro son iguales a Doña Ocupada, y que ella es la Reina del Mambo (más quisieras, tsé, ostentar el título de mi padre. El Rey del Mambo es él, warra, tú como mucho eres la Reina de... de... [*Luli piensa firmemente*] de... bueno, cuando se me ocurra lo pongo y punto).

Pues eso, que tengo inglés en lunes (es decir, hoy) a la 1:35 (es decir, cuando acabo el instituto. Habéis leído bien, el instituto acaba a la 1:35, NO a la 1:30). Y mi calle -así como la de mi vecino/profesor de inglés- está justo en la otra punta del pueblo. Pero claro, ella llega puntual, porque como su padre es profesor en el mismo instituto donde estudiamos, pues la baja en coche. Yo, como buena independiente que soy, bajo a pata y, aunque llego todos los lunes a la 1:57, y llego sudorosa y jadeante, llego. Bueno, pues el otro día que voy a clase resulta que es en jueves de 8 a 9 de la noche (coincidiendo con que ese día tengo instituto por la tarde y me fracciona la trade por completo). De 8 a 9, ¿os parece eso normal? Yo, que muchas veces ceno a las 9:30. Diosss, con lo fácil y bonito que es ir un miércoles a las cinco de la tarde, o incluso de seis a siete. Pues no. Como Doña Ocupada siempre está, pues eso, ocupada, Luli se tiene que jo*** y amoldarse a su patético horario. Sujeto I, desde aquí, con gran estima: eres una zorra. Con todas la letras: Z-O-R-R-A. Pero de buen rollo, ¿eh? ¬¬

Y, ahora, por fin, voy al grano. Sí, porque os estaréis preguntando qué narices hago insultando a una pobre chica 10, cuyo único pecado es ser perfecta y querer ser la mejor en todo. Qué rencorosa, Luli, por Buda, me diréis. Pues veréis, amigos, es que tiene bemoles la cosa porque, reitero, no soporta que la gane en algo, es una cosa que no acepta. Y por eso, en inglés (que SÍ, Sujeto I, admite que SOY mejor que tú), cada vez que me equivoco en un ejercicio (ella se equivoca mucho más) le tiemblan los labios de la emoción y las palabras no le salen coherentes al repetir siempre la misma frase:

-¡No! ¡Así no es! Es blablabla o lo que sea.

Eh, lo juro, CADA VEZ que digo algo mal, ella tiene la respuesta en la boca, que pugna por salir lo más triunfal que le sea posible. En cambio, cuando ella falla, yo me callo. ¿Por qué?, os estaréis preguntando, ¿Por qué, Luli, si tu eres una chula y te encanta la bulla? ¿Por qué no le cruzas la cara de una vez o le cierras su perfumada bocaza de un ardiente puñetazo? Os respondo: pues no lo sé. No es que no tenga ganas (que le tengo ganas, le tengo), pero tal vez me divierte observar cómo se pica con ella misma, porque he descubierto una cosa: cuanto menos me inmuto, más nerviosa se pone. A pesar de todo, es un poco degradante que una chica 10 siempre eche por tierra mis brillantes e ingeniosos comentarios, porque en absolutamente TODOS los debates que mantenemos el profesor, ella y yo, SIEMPRE me lleva la contraria y suelta comentarios del tipo "eso no es así como tú dices" -estúpida, le falta añadir.

Sí, sí, pero yo aprobé el examen oficial del año pasado y tu no. Sí, sí, pero tengo un notable alto, supera eso si puedes. Sí, sí, pero tú te pones rabiosa cada vez que el profesor te mira exigiendo una respuesta y murmuras (ella siempre murmura, parece una muerta, no sabe hablar claro -no es como yo, que soy la alegría de la huerta n.n-) "ai, es que exa no la sé" y yo, con expresión medio "tsé, no saber eso" y medio resignada digo la respuesta con un bostezo. En esos momentos me doy realmente cuenta de que está mosqueadísima y de que me arrancaría la cabeza a mordiscos de poder. Y, sabéis, me hincho extasiada y mantengo la misma actitud tranquila durante el resto de la hora, chafándole la cara cada vez que el profe me devuelve el rebote de la pregunta (frecuentemente, tirando por lo bajo) y poniendo cara y voz de: "era lógico, no podía ser otra cosa".

Entonces ella se enrosca su brillante y sedosa cabellera sobre los dedos, mostrando su más que palpable nerviosismo, y a veces me mira de reojo (está prohibido mirarnos directamente, es una norma que hemos establecido sin palabras. Recuerda que al aire no lo miras, sólo lo notas), con irritación.

Y, cuando acaba la clase, yo salgo silbando o canturreando del aula y me voy hacia mi casa más ancha que alta, de sobra satisfecha con el resultado:


Luli - 10 ; Sujeto I -0.

Luli is the winner. Jaja.

Besazzos,

*Luli*

P.D.: ¡Reina de las Pánfilas!


*Ninguna de las palabras en cursiva existe de verdad -creo-. Se trata únicamente de un ejemplo esclarecedor.


viernes, 11 de enero de 2008

¡¡¡Cumpleaños Feliz!!!




¡¡¡Hola!!!

¿Os suena esta imagen? Tal vez os recuerde a cierto blog llamado Hazañas y Peripecias de una adolescente... Hm... Puede ser, puede ser. ¿Por qué será?
Hoy es un día muy especial porque... ¡Luli Manuli cumple un año como administradora! Me gustaría decir que es este blog el que cumple el añito, pero resulta que no es así, este sólo lo tengo desde octubre. Bueno, pero el contenido sí tiene un año, je.

En fin, da igual, no os liaré con mis paranoias. Como es un día muy especial, me gustaría dedicarselo a mis lectores:

-En primer lugar a Joseph Seewhool, por mantenerse fiel a lo largo de estos últimos meses.

-En segundo lugar a mi amiga Patricia, que también se pasa por aquí cuando la Uni se lo permite, y me animó mucho en mis comienzos (no estudies tanto, por fa, a veces duele).

-Por último, a cualquiera de los internautas mataos que alguna vez se han tropezado con este Loft Internetarial (como yo lo llamo) y me han alegrado el día con un pequeño comentario (fue lo que más me dolió de dejar atrás cuando me mudé).


Y después de esto, soplo las velas deseando lograr enganchar a unos pocos más para este año entrante. ^^

Bien... ¿Qué contaros en este risueño día hivernal-aunque-soleado? Pues cosas alegres, como la ocasión lo merece. En primer lugar, hoy iré a matricularme a la Autoescuela (lo que pone en mi contador de visitas en inglés, juas) para, como supondréis, aprender a conducir. Mi amiga Sujeto B (que está enamorada) y yo marcharemos esta tarde a paso firme a apuntarnos y, de ser posible, empezar la primera clase. Amigos, en verano veréis a Luli sobre ruedas (*¬* Luli pone cara de delirio peligroso).

En segundo lugar, comentar que he sido muy mala porque... he leído el diario secretísimo de mi hermanísima Sujeto V, que inició uno el día uno (qué cuca la redundancia, ¿no?) y que lo lleva con bastante regularidad (bastante más que con el que llevo yo este, por ejemplo). Como buena cotilla me estoy enterando de todo lo que cruza por su vida (sus amores, sus amigas, sus pensamientos más íntimos, sus insultos hacia mí... -ya véis, ¿cómo puede? ¡Si soy un encanto! O_O-) y no le he dicho ni una palabra, más que nada por dos motivos:

A) Creo que no se lo tomaría a light saber que yo hurgo en sus cosas (no volveríais a verme ¬¬).

B) Para qué, si es mejor chantajearla cuando me parezca (con indirectas, para que crea que soy adivina, juas).

En fin... el martes me fui de excursión a Valencia con el grupo de Latín, a visitar dos museos y a dar una vuelta por El Saler después de comer. La verdad es que estuvo bastante bien, los museos no se hicieron muy pesados porque ambos ofrecieron actividades para distraernos (entre ellas una reproducción de una batalla de griegos) y, entre eso y el cachondeo que llevábamos mis amigas y yo, pues me lo pasé genial.

Bueno, queridos, ya no puedo relataros nada más porque me urge un poco de prisa: todavía tengo que sacar a pasear a Rita, mi can, y arreglarme para ir a la Autoescuela (no querréis que vaya en pijama), así que me despido deseando a este bonito blog, de nuevo y con cariño, un


¡¡¡MUY FELIZ CUMPLEAÑOS!!!


Besazzos,

*Luli*

P.D.: Y que cumplas muchos más ;p

domingo, 6 de enero de 2008

Año nuevo, vida nueva


Eso es lo que se habrán dicho miles y miles de españoles cuando acabaron las uvas. Bien, yo no me lo propuse (ir pa ná es tontería, eso lo saben hasta los chinos de Rusia), pero me he propuesto otras cosas, para seguir la tradición.


-Ser mejor persona (hermana de mi hermana, amiga de mis amigas, hija de mis padres, dueña de mi perra...)


-No perder más pendientes (no os lo vais a creer, pero anoche volví a las andadas con un precioso aro turquesa. Otra vez el derecho. Resumo mis impresiones: ¡¡¡NOOOOOOO!!!)


-Tratar de hacer alg de deporte (típico tópico)


-Estudiar mucho y aprobar la Selectividad


-...


De momento van estos. Podría añadir: echarme un novio como una catedral, pero ya sería pedir demasiado. Quiero decir, me vale con que sea mono (tampoco pido un Chotulus patonis bradpitiano), sepa usar el cerebro (sí, queridos lectores, no os riáis, muchos más de los que pensáis nunca han puesto en "on" ese órgano con el que Dios nos dotó a nosotros, los humanos) y que sea heterosexual (fundamental, beibe). Como veréis, no tengo el listón tan alto como otras. Y de todas formas, nunca podría casarme con una catedral. Como mucho dentro de alguna de ellas.


Pero bueno, dejémonos de novios y de catedrales que me estoy andando un poco por las ramas. Lo que venía a decir con todo este rollo de mis propósitos es que, señores, señoras, hemos entrado de pleno en el 2008 (Feliz año nuevo, por cierto) y, en resumidas cuentas, todos hemos decidido que no vamos a cometer los mismos errores que cometimos el año pasado (no cagarla, vamos. Me duele usar este vocabulario, pero temía que no me entenderían). Y me parece perfecto.


Hoy, por ejemplo, día de Reyes, mis abuelos y mi tía han venido a comer puchero a mi casa. Mi tía la Fasion, como se autodenomina ella, después de los postres se ha puesto a comentar pequeños detalles de las vidas de ciertas personas conocidas. Traduzco: me sé todos los cotilleos, rumores, críticas y trapos sucios de toda la gente de mi pueblo. Es que, por sacar, ha sacado hasta los trapos que aún estaban por coser, fíjate stú si ha remontado lejos. Yo me lo he pasado bomba, porque mi tía es una cotorra y no hay manera de callarla y, oye, no va mal de vez en cuando enterarse de lo que los demás van rumiando por ahí. Que yo a veces me cruzo con alguien, digo "hola y adiós" y me quedo mirando disimuladamente a dicho sujeto pensando en todo lo que me han contado de él. Y riéndome maliciosamente para mis adentros. Que en mi pueblo los hay para todos los gustos y colores. Que si tacaños, que si vagos, que si vividores, que si malfaeneros, que si tocapelotas... y las mujeres que si presumidas, que si estiradas, que si engreídas, que si pijas, que si se las dan de ricas, que si esto, que si aquello...


Luego, que si Pepita Talycual casi se lia a hostias con su suegra, Maruja Nosecuantos, por culpa del hijo de la hermana, que vive en frente de la sobrina de la nuera, que es la que se divorció del primo del cuñado de la tía, que en realidad es sobrina de la nuera de la mujer del marido que se fugó con la madre del yerno, que no se quiso casar con la amiga de la nuera porque su padre se enfadó con la pánfila esa que es su prima segunda. Y sigue.


Vamos, que ha sido una velada estupenda, juju, me he puesto morada a cotilleos. A éso añádele la chispa que tiene mi tía la Fasion narrando y te sale un cuento navideño pa chuparte los dedos. Bueno, pero a pesar de todo... mis vacaciones ya se han acabado, tsé, mañana me toca levantarme a las siete y media (nooo T.T) y aguantar a los geniales de mis profesores, que encima son unos curiosos y quieren saber siempre cómo, dónde, cuándo y con quién han estado pasando las vacaciones sus queridos alumnos.


En fin, me marcho ya, aunque anunciando que de aquí poco se acerca una fecha muy especial para mí (y en cierto modo para vosotros), que me gustaría celebrar por todo lo alto. Espero poder conectarme dentro de poco (antes de empezar los exámenes) y compartirla con todos vosotros.


Antes de dejaros os dejo con la tarjetita (me ha gustado mucho) del roscón de Reyes de este año, en el que tanto el haba como el rey le han tocado a mi hermana (para compensar).



He aquí el roscón de Reyes, tradición de un gran banquete

en el cual hay dos sorpresas para los que tengan suerte.

En él hay, muy bien ocultas, un haba y una figura;

el que lo vaya a cortar hágalo sin travesura. Quien

en la boca se encuentre una cosa un tanto dura,

a lo peor es el haba o a lo mejor la figura.

Si es el haba lo encontrado este postre

pagarás, mas si ello es la figura,

coronado y Rey serás.




Besazzos,


*Luli*