Queridos lulilectores...
Como cada año, empiezo la cruzada encarnizada de los currículums, para poder trabajar este verano que viene. Porque al supermercado NO vuelvo.
Es un poco desmoralizador. El año pasado recuerdo que mandé más de 50 currículums, no solo en mi pueblo, sino también en Valencia y en Gandía. Lo recorrí todo: tiendas, restaurantes, otros supermercados, horchaterías, ultramarinos... ¿para qué? Para que me llamaran 3 (y creo que de los tres, me quedé con la peor opción). Por lo menos este año mi padre no me reñirá por dejármelo en el último momento, ya que como aún estamos en abril voy (en comparación con veces anteriores) bastante sobrada de tiempo.
Cada año me apetece trabajar menos en verano, pero comprendo que es necesario. Sin embargo, ando en busca de emociones nuevas, o de trabajos que puedan ser un poco más dignos que los pasados. Estoy pensando a qué lugares ir a los cuales aún no haya ido todavía, al menos en mi pueblo. Se me ocurre una verdulería, una carnicería (lo cual no es de lo más atrayente), una academia o alguna que otra residencia de ancianos (aunque esta última me da miedo, ¡mira que si me toca limpiar culos! Aunque al menos ya sé cómo tratar a los viejos, es lo que tiene la atención al público). También se me ha ocurrido el Ayuntamiento, pero no sé qué tipo de trabajo podría desempeñar yo allí; o también la redacción de la revista local (de distribución gratuita), aunque no sé si ahí les pagarán a los redactores.
No sé. En mi pueblo es que tampoco hay televisión ni nada relacionado con la Comunicación Audiovisual que un buen día me dio por estudiar. Lo más relacionado con la carrera es la radio (pero sé que no cobran, es voluntaria) y uno o dos estudios de fotos BBC privados (Bodas Bautizos y Comuniones), que además son minúsculos y familiares, conque si los padres se toman vacaciones los sustituyen los hijos. Además, con la crisis que hay no creo que puedan permitirse estar pagando a una empleada durante dos meses para hacer cuatro fotos y revelarlas en una boda.
Así pues, me quedan pocas opciones (es lo que tiene no vivir en una gran ciudad). Entre ellas, llamarle a mi ex jefe de la tienda de ropa de hace dos veranos, que no sé qué me dirá; buscar como loca unos padres que necesiten de una canguro (osease, sin cotizar, encima) o... o ya. Pff. Lo dicho, trabajar en verano es un asco.
Y nada, hoy haré la primera ronda a ver qué saco en claro... o si prefiero pegarme un tiro o dos, para rematar, y a ver cómo va la cosa.
¡Deseadme suerte, lulilectores!
Besazzos,
*Luli*
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