Queridos lulilectores...
Esta noche he padecido de insomnio. Qué horror. Llegué de la cena de empresa a las 2.10 de la mañana, pero no me dormí hasta las 6; a las 8.40 ya me había levantado. Vamos, dos horas y media de sueño en toda una noche. Hoy me moriré, porque entro a trabajar a las tres y no podré hacer siesta.
Y pasando a relatar la cena en cuestión... no estuvo mal, me lo pasé bien; y gracias a Dios hubo pocos momentos "Sujeto J". Ya he tenido bastante esta semana, porque el tío viene a verme todos los días. Cuanto más le veo, más horroroso me parece.
Es gordo (pero gordo gordo), lleva gafas, bizquea, tiene entradas y millones de pecas y granos por brazos y piernas. ¡Y tiene 23 años! Parece que tenga 53, en serio. Va por ahí con su gorra deportiva pensándose que es cool, y no vocaliza bien al hablar. Me cae MAL.
El otro día me llegó una cita a ciegas con él y todo, porque me fui a merendar con una compañera (descansamos media hora), y él aparece de repente y se acopla, el muy burdo. Y a mi compañera no se le ocurrió otra cosa que ir al baño, y me dejó a mí sola con la cosa esa durante tres o cuatro minutos, al menos. Yo no dije ni una sola palabra, pero él, tampoco. ¡Tanto que le gusto! Pues ni pío me dijo, ni pío. Eso no es serio, hombre.
Y se pone a hablar en voz alta cuando yo ando cerca, aparentando ser un tipo guay, que dice a los demás con su voz de oso "si eso me lo hacen a mí, le rebiento la cara". ¿Él? ¿Rebentar la cara, él? ¡Ja! Jaja. Jajajajaja.
El otro día hizo una cosa realmente asquerosa. Estábamos tomándonos un café antes de entrar a trabajar (estaban, yo no bebo café), y él -que viene a verme, recordemos- se arremangó los pantalones pirata hasta que se los subió a la entrepierna, dejando entrever dos enoooormes muslos blancos, peludos y pecosos medio sudados. Y, por si eso no era ya bastante repulsivo, remató la escena dándose dos sonoras palmadas en los muslos, sacudiéndolos.
PUAJ, ¡QUÉ ASCO!
A lo mejor es una técnica de esas raras que gastan los ornitorrincos macho para atraer a las hembras en celo y aparearse, quién sabe. Puede que fuera el único documental que haya visto en su vida y por eso lo recuerde, porque más cultura, desde luego, no presenta. Mi primo de 7 años escribe mejor que él.
Ya conté que me mandó otro mensaje unos días después del primero (como con recochineo), diciendo lo mismo y añadiendo que era muy bergonzoso. Y aquí no vale la excusa del "lenguaje sms", no, porque cuando no hay ortografía, no la hay y punto. Que yo, cuando envío mensajes de texto, abrevio las palabras, pero no me invento "bes" donde hay "uves", o haches donde no las hay ("o" disyuntivo con hache, por Diossss). Pero no me extraña, porque lleva 4 años ya trabajando en el supermercado, se debió dejar el instituto porque no le gustaría estudiar.
Y, bueno, en la cena no me tocó sentarme a su lado, gracias al cielo, pero él se estuvo levantando todo el tiempo para ir al baño y pasar por mi lado -porque yo estaba en un extremo de la mesa-, y luego se empeñó en que viera una foto de una sobrina suya, bastante fea, todo sea dicho. Misterios de la vida, igual los ornitorrincos también fotografían a sus sobrinas con el móvil y se las enseñan a las hartas hembras en el acto de cortejo. Si no es así, ¿para qué narices tengo que mirar yo su sobrina? ¿Me importa su vida, o acaso su existencia? ¡No!
Quizá penséis que estoy siendo un poco borde, y un poco dura con nuestro pobre ornitorrinco lascivo, pero es que me ha sorprendido en exceso que una persona a la que no conozco de nada (pero de nada), a la que solo había visto dos o tres veces, de repente se empeñe en formar parte de mi vida, y se atreva (porque es todo un atrevimiento) a enviarme mensajes para quedar conmigo. Yo doy mi número a quien quiero, y no lo suelo dar a la ligera, y de repente me llega un friki y solo con pedírselo a mi amiga, ya lo tiene. Y es que si al menos fuera guapo... pero es que cuando él sea guapo, yo me habré vuelto rica y famosa, así que no hay nada que hacer, ambos tardaremos siglos en conseguir nuestros objetivos.
Así que... lo único que puedo hacer es esperar a que esta pesadilla acabe pronto, y que él haya entendido ya que mis silencios peligrosos y mis miradas furibundas no significan "que le doy esperanza", porque a saber qué extraños pensamientos cruzarán por su mente perturbada.
Besazzos!!
*Luli*